La pasión por el deporte les unió. Y desde entonces, Cristina Pedroche y David Muñoz se han hecho inseparables, convirtiéndose en una de las parejas del momento. ‘Hasta ahora, las cosas me iban muy bien, pero me faltaba alguien con quien compartirlo. Ahora con David me siento completa al cien por cien’, declaraba hace escasas semanas a ‘¡HOLA!’ la guapa presentadora, cuya popularidad no ha dejado de crecer en los últimos tiempos. Sólo en redes sociales, Cristina cuenta con más de tres millones de seguidores y encabeza el ranking de las más influyentes de internet. Cada una de sus apariciones o comentarios despiertan un enorme interés mediático, extendido también ahora a quien ocupa su corazón: el ‘enfant terrible’ de los fogones españoles.
Pero David Muñoz es mucho (muchísimo) más que ‘la nueva pareja de Pedroche’. Dueño de una de las carreras profesionales más interesantes del panorama ‘gastro’ a nivel internacional, Muñoz, inquieto como pocos, valiente, transgresor, polémico, y lleno de talento, ha sabido abrir nuevas vías en el mundo culinario con su cocina de fusión, arriesgada aunque coherente. Tres estrellas Michelin le contemplan. No obstante, el camino no siempre fue fácil para el chef de ‘DiverXo’. Éstas son algunas de las pinceladas que dibujan el perfil de un cocinero tan singular como irrepetible:
INFANCIA Y ADOLESCENCIA: EL DESCUBRIMIENTO DE UNA VOCACIÓN
Nadie en la familia de David Muñoz (nacido en Madrid, el 15 de enero de 1980) se ha dedicado nunca a la restauración. Sin embargo, la inquietud por la buena mesa y el descubrimiento de nuevos sabores y productos siempre estuvo muy presente en su casa. Algo que, probablemente, influyó de forma decisiva en la fascinación que Muñoz sentía ya por la cocina con tan solo 8 o 9 años. A esa edad, un pequeño David cocinaba recetas para sus padres, sacadas de un libro titulado ‘La Cocina Mediterránea’. ‘Escondía el libro en uno de los cajones de la cocina para que ellos pensaran que las recetas las había hecho yo. Entonces ya tenía la vocación de sorprender con lo que cocinaba’, ha declarado el cocinero.
Con 12 años sus padres le llevaron por primera vez a comer al restaurante madrileño ‘Viridiana’ (capitaneado por el gran Abraham García). Una experiencia que, a pesar de su entonces corta edad, consiguió dejar en él una impronta imborrable. Poco imaginaba en aquel momento David que, unos años más tarde, terminaría trabajando en los fogones de ese mismo restaurante, cuya cocina tanto admiraba.
Con 17 años Muñoz repartía su tiempo entre sus estudios de COU a distancia y el fútbol (la pasión por este deporte le llevó a jugar en diferentes equipos madrileños, entre ellos, las categorías inferiores del Atlético de Madrid). Le gustaba la cocina, pero aún no terminaba de ver en ella su futuro profesional (muchísimas horas laborales a la semana; la renuncia a festivos y fines de semana; la dificultad a la hora de hacer compatible los tiempos de ocio con los del ‘resto del planeta’…). Pero todas las dudas se despejaron el primer día de clase en la ‘Escuela de Hostelería de Torrejón de Ardoz’. ‘Enseguida supe que era lo mío’, asegura.
Durante el primer año y medio, David compatibilizaba sus estudios en la escuela con prácticas en el restaurante 'Balzac' (en aquel momento, dirigido por el reconocido chef Andrés Madrigal). Había dejado definitivamente el fútbol y la cocina era su único universo. Al terminar su formación, David consiguió trabajar durante un tiempo en su admirado ‘Viridiana’, y pasó también por las cocinas de otros restaurantes de Madrid como 'Catamarón' o 'Chantarella'. Pero su inquietud por conocer nuevos horizontes no dejaba de bullir. Había llegado el momento de hacer las maletas.
SU ETAPA EN LONDRES
Decidido a probar suerte en Londres y con poco más de 20 años, Muñoz cogió la Guía Michelin y comenzó a mandar currículos a gran parte de los establecimientos premiados por la ‘biblia roja’ en la capital británica. Por aquel entonces, él y Ángela Montero (quien después fuera su mujer, socia y jefa de sala de ‘DiverXo’) ya eran novios. De modo que, ante la dificultad con el idioma, David pidió Ángela que le acompañara a las entrevistas de trabajo para ejercer como traductora. Y la cosa funcionó; después de varias entrevistas, el chef empezó a trabajar en ‘Orrery’ (un restaurante de estilo francés actualizado), hasta que, de pronto, un día vivió otra de esas ‘revelaciones gastronómicas’ como la experimentada cuando sólo era un preadolescente en ‘Viridiana’.
Esta vez fue en el célebre restaurante londinense ‘Hakkasan’, especializado en cocina asiática. Allí descubrió que la gastronomía china poco o nada tenía que ver con los rollitos primavera o el arroz tres delicias que conocíamos en España... Así que, fascinado por el mundo del dim sum y los trabajos con wok, lo tuvo claro: ‘Sea como sea yo tengo que trabajar aquí’, se dijo. Un nuevo reto que también alcanzó, no sin tomar algún que otro ‘atajo’: en el establecimiento sólo trabajaban cocineros chinos, de modo que David se las ingenió para entrar como repostero haciendo ‘ciertos retoques’ en su C.V. Nunca le faltó ni el ingenio ni la osadía.
Poco a poco, a base de mucho insistir y de trabajar incluso en sus días libres, consiguió pasar a la ‘cocina caliente’. Así, ‘Hakkasan’ se convirtió en su segunda casa durante dos años y medio. Posteriormente, pasó también por otros restaurantes londinenses como ‘Locanda Locatelli’, ‘Pearl’ o el célebre ‘Nobu’. Pero el sueño de abrir su propio restaurante en Madrid, con todas esas enseñanzas adquiridas a lo largo de los años, cada vez se hacía más latente. Tocaba hacer las maletas de nuevo.
VUELTA A MADRID: LA CONSECUCIÓN DE UN SUEÑO
Después de no pocos ‘malabarismos’, David y Ángela (que había abandonado su carrera como bailarina para unirse al proyecto gastronómico de su pareja) consiguieron abrir en 2007 ‘DiverXo’, un pequeño restaurante ubicado en el madrileño barrio de Tetuán. El ‘peaje’ para conseguirlo no había sido barato: solicitud de varios créditos ‘jurásicos’; venta de su propia casa; inversión de todos sus ahorros… Tanto es así, que la trastienda del restaurante hizo las veces de dormitorio improvisado de la pareja durante algún tiempo.
Pero todos esos esfuerzos, sumados al gran talento culinario de Muñoz, comenzaron a dar sus frutos. El nombre de ‘DiverXo’ pronto empezó a extenderse como la pólvora en los círculos de los ‘foddies’ más avezados y la prensa especializada primero, y entre el público general poco después.
LLUVIA DE RECONOCIMIENTOS
Así, desde ese pequeño rincón del multicultural barrio de Tetuán, la cocina-fusión de David (ésa plagada de influencias asiáticas y que no se parecía a nada de lo visto -ni saboreado- anteriormente en la ciudad) no tardó en empezar a cosechar todo tipo de reconocimientos, en una carrera hacia las mieles del éxito verdaderamente meteórica. Para muestra, he aquí algunos ‘botones’:
- En 2008, David es nombrado ‘Cocinero Revelación’ en el congreso ‘Madrid Fusión’ y ‘Cocinero del Año’ por la ‘Cámara de Comercio de Madrid’.
- A finales de 2009 (tras una mudanza a un local un poco mayor, también en el barrio de Tetuán), la Guía Michelin anuncia que, en su edición de 2010, ‘DiverXo’ lucirá una de sus codiciadas estrellas.
- Ese mismo año, también le son concedidos los ‘Tres Soles Repsol’ (máxima distinción otorgada por la ‘Guía Repsol’).
- Asimismo, Muñoz es nombrado ‘Premio Nacional de Gastronomía al Mejor Jefe de Cocina 2009’, en los ‘Goya’ de los fogones españoles que otorga anualmente la ‘Academia Nacional de Gastronomía Española’.
VER GALERÍA - En 2012 llega la segunda estrella Michelin.
- A finales de ese mismo año abre ‘StreetXo’ en el ‘Gourmet Experience’ de El Corte Inglés de Callao (Madrid). Es el segundo restaurante de Muñoz, con un concepto de cocina street food, más 'canalla' y asequible que ‘DiverXo’. Para que éste último fuera rentable el chef veía necesaria la apertura de otros negocios que aportaran beneficios económicos y pudieran ayudar a sostener la ‘casa madre’. Y es que, a pesar de ser uno de los comedores más demandados y aplaudidos de la ciudad, las cuentas no salían y David empezó a plantearse la posibilidad de llevar ‘DiverXo’ al extranjero. Pero entonces…
- La edición de la ‘Guía Michelin 2014’ premia a DiverXo con su tercera estrella, convirtiendo a Muñoz en el único chef con la máxima distinción de la Guía en Madrid. Tal y como el propio David nos contaba en una entrevista concedida a Hola.com, fue el cariño y el apoyo recibido por parte del público de la ciudad tras lograr este reconocimiento histórico (no era fácil que la ‘todopoderosa’ y hermética Michelin premiara un proyecto tan innovador), sumado a un acuerdo con la cadena hotelera NH para trasladar ‘DiverXo’ a uno de sus hoteles madrileños, lo que hizo que finalmente el restaurante no se moviera de la capital.
VER GALERÍA - En verano de 2014 ‘DiverXo’ se muda definitivamente al exclusivo hotel ‘NH Collection Eurobuilding’, en el barrio de Chamartín. Un local mucho más espacioso y acondicionado para que Muñoz y su equipo pudieran desarrollar su particular show, esto es, su arriesgada y sugerente propuesta culinaria (desde la evolución de sus ya célebres platos-lienzo, hasta la singular puesta en escena del servicio en sala).
- En Enero de 2015 ‘StreetXo’ se traslada desde Callao hasta el nuevo ‘Gourmet Experience’ de El Corte Inglés de Serrano. Mismo concepto y carta nueva para una barra siempre animada que, además, va a contar en breve con una prima-hermana. Y es que está previsto que la próxima primavera abra ‘StreetXo Londres’ en el exclusivo barrio de Mayfair, y ya hay previsiones también de expansión en Nueva York y el sudeste asiático.
‘¿Y cómo llegas a todo?’, es una de las preguntas más recurrentes cuando Muñoz es entrevistado. De su boca suelen salir palabras como sacrificio, ilusión, locura, sueños, ganas infinitas de sorprender permanentemente al comensal, de hacer cosas nunca vistas hasta el momento… Precisamente de esto último daba buena -y nueva- muestra hace escasos días David en su insólita ponencia ofrecida en ‘Madrid Fusión’ (en ella el chef rompía con los dogmas asociados al mundo del vino y la coctelería).
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Inquietud por avanzar. Búsqueda de nuevas vías (acertadas o no). Ruptura con los parámetros establecidos. Afán por salir de los círculos de confort… Larga vida, Señor Muñoz.