Filántropo por encima de todo, pero también músico, guionista... y gran amante del vino, el mexicano Paco Arango es el fundador de Aladina, la organización sin ánimo de lucro que desde 2005 ayuda y acompaña a niños enfermos de cáncer y a sus familias. Transmite un enorme entusiasmo en cada una de sus palabras, el mismo con el que hace todo lo que organiza, como ese mercadillo considerado ya todo un clásico para dar el pistoletazo de salida de la Navidad, cuyos beneficios este año irán destinados a los pequeños con problemas oncológicos y familiares afectados por la DANA.
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"La Navidad es una época muy importante para nuestros niños, adolescentes y sus familias. Intentamos que con iniciativas como el Aladina Xmas Market, la enfermedad no se entrometa en la medida de lo posible, puedan disfrutar y festejar estos días y nosotros y los visitantes con ellos", explica nuestro protagonista, que lleva nada más y nada menos que 24 años con su actividad solidaria y 25 va a cumplir la Fundación.
"Yo siempre tuve una inquietud solidaria, pero era esporádica. Pero cuando estaba a punto de cumplir 40 años, me entró una necesidad urgente de devolver toda la suerte que había tenido en la vida y un cura decidió por mí para ir a ayudar a niños con cáncer. Empecé primero como voluntario -tenia que ir un día a la semana y desde el principio ya no falté a diario-, haciendo cosas pequeñas dentro del Hospital Niño Jesús. Poco a poco fuimos creciendo, desde que fundamos Aladina. Me he rodeado de gente absolutamente maravillosa y fantástica, aunque yo me lleve la gloria. Sería una tragedia que la Fundación no existiese, porque somos los máximos enemigos que tiene el cáncer infantil ahora mismo, mejorando la vida a enfermos de más de 20 hospitales, con UCIs infantiles, el centro de trasplantes, los campamentos para los niños, etc".
Un vino con muy buen karma
Otro de sus grandes proyectos, junto al cine -que también genera muchos fondos para Aladina. De hecho, a corto plazo va a rodar una película en España en inglés, cuyo guion ya está escribiendo-, es el del vino Maktub. Lleva el mismo nombre que el primer largometraje que hizo Arango. "Esta palabra significa 'coincidencia divina o estaba escrito ', algo que ocurre tan mágico y que no puede ser normal. La película está basada en Antonio, un niño que conocí en el Niño Jesús. Él y yo pactamos que si tuviese éxito, crearíamos el mejor centro de trasplantes infantil de médula ósea en este hospital madrileño. Desgraciadamente, él falleció, pero a los 3 años, ese centro se hizo realidad. Este vino es también un símbolo de esperanza y, de algún modo, también tiene bastante de coincidencia, es decir de maktub".
Le gusta la gastronomía -"sobre todo la mexicana, los arroces y los mariscos "y gracias a Begoña, mi novia, que es vasca, estoy aprendiendo a amar y valorar más la comida", pero es un apasionado del vino. De hecho cuenta que uno de sus favoritos era Marqués de Riscal y que cuando hicieron la cata a ciegas para elegir el que se convertiría en el vino solidario que estaba buscando "el que más me gustó fue el de esta bodega. Luego también se dio la circunstancia de que conocía a Luis Hurtado de Mendoza -director técnico de la bodega-. Y sucedió algo maravilloso y es que nos brindaron las viñas de un pago que estaban a punto de morir, pero les hicieron un injerto para recuperarlas y dieron lugar a un vino espléndido, que es una metáfora de lo que hacemos en la Fundación Aladina".
Tras el éxito de la añada 2017, esta nueva cosecha de 2019 trae un vino, elaborado con las variedades graciano y tempranillo, de lo más exquisito y elegante. Las condiciones climáticas de ese año en la Rioja Alavesa, donde se elabora, fueron excepcionales, lo que permitió obtener uvas de una calidad suprema. Sus ventas son 100% benéficas y están destinadas a las labores de la Fundación que Arango preside. "La botella lleva una etiqueta con un código QR que es muy divertido, y que te lleva a un corto de dos minutos y medio animado explicando la magia de este proceso, narrado por José Coronado, que siempre nos ayuda y nos quiere mucho. Por todo ello, creo que no hay un vino con este karma, pero también porque en general el vino es kármico, y si no que se lo pregunten a Jesús. Pero, además, Maktub implica disfrutarlo en cada sorbo y ayudar a niños que están enfermos, esa idea es imbatible".
Se cría durante 25 meses en barricas de roble americano, que aportan al vino complejidad y estructura. Conquista en la nariz con sus aromas ahumados y especiados que se mezclan con otros de frutas negras maduras y toques balsámicos. Cuando lo bebes, es suave y aterciopelado, pero perdura en la boca. Esta edición es un vino ideal tanto para disfrutar ahora como para guardar, porque seguirá evolucionando fantásticamente en la botella. Acompaña de miedo a guisos, carnes a la brasa y pescados grasos, entre otros platos. Lo puedes comprar en la web y solo cuesta 23,50 euros aunque hay diferentes estuches y distintos precios.
Un deseo para el nuevo año
Le pedimos a Paco que formule un deseo para 2025 y esto es lo que nos contesta: "en Aladina el mayor sueño se hace realidad a partir de ahora porque José Luis Almeida, alcalde de Madrid, nos ha cedido un terreno muy importante en Sanchinarro para hacer la Casa Aladina. Aquí podremos ejercer nuestra labor fuera de hospitales, porque el niño oncológico pasa gran parte de su enfermedad en su casa y no pudiendo salir de ella. Entonces, este centro va a ser un sitio donde ellos puedan estar. Con terapias de todo tipo, animales, un campo de golf... ¡un sitio único! Así que para 2025 pido poder recaudar mucho dinero para él y también que paren las guerras. Aladina está muy presente tanto en la de Rusia con Ucrania, como en la que hay entre Armenia y Azerbaiyán, tanto en el conflicto de Israel y Palestina y lo que yo pido es que haya paz".