Pan artesano© Adobe Stock

Los ‘tips’ para que el pan nos dure más tiempo en buenas condiciones

Aprovechamos el ‘Día Mundial’ de este alimento milenario y universal para recordar algunos consejos prácticos relacionados con su conservación


16 de octubre de 2024 - 12:01 CEST

Hay veces que el refranero popular no ha envejecido especialmente bien. Sin embargo, hay otras expresiones de uso común a las que no les falta un ápice de razón. Y la que dice que ‘Las penas con pan son menos’, no puede parecernos más acertada. Y es que la vida siempre es mejor con un pedacito de (buen) pan entre las manos.

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Producto básico de la dieta de civilizaciones enteras, este alimento cuenta con una historia que se remonta miles y miles de años atrás. De hecho, las evidencias más antiguas que tenemos datan de hace 14.400 años, tal y como se daba a conocer en 2018, a propósito del descubrimiento en Jordania de unos restos del pan plano carbonizado (similar a las tortas sin levadura halladas en varios nacimientos enmarcados en el período neolítico). Fue mucho después, en el Antiguo Egipto, cuando las técnicas de panificación -como hoy las conocemos- se consolidaron, haciendo uso de hornos para cocer los distintos panes.

No nos extraña, pues, que este alimento cuente con su propio ‘Día Mundial’ (promovido por la Federación Internacional de Panaderos), fechado cada 16 de octubre, y que coincide además con el ‘Día Mundial de Alimentación’.

Es raro el hogar en cuya despensa falte el pan, sea del tipo de que sea. Así que hoy hemos querido recuperar algunos tips prácticos, relacionados con la conservación y consumo de este producto que alegra con su presencia nuestras mesas y menús.

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CÓMO CONSERVAR EL PAN EN CASA

-Por supuesto, lo primero que debemos intentar es comprar un pan de calidadEn la medida de los posible, debemos evitar esos panes precongelados que, aunque efectivamente son muy económicos, no tienen nada que ver con los panes ‘de verdad’. Elaborados estos últimos con masa madre, ingredientes de calidad y largas fermentaciones. Seguro que has notado cómo duran mucho más tiempo en buenas condiciones.

-Lo ideal es conservar el pan en un ambiente seco, o bien en panera o bien en una bolsa pero siempre de materiales permeables (papel, tela…). Nunca en bolsa de plástico porque así solo conseguiremos que el pan quede correoso.

-Recuerda que los panes de mayor tamaño (tipo hogaza) se conservarán mejor durante más tiempo.

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-Si el pan es de molde (o panes tipo hamburguesa, perritos…) nunca debes meterlo en la nevera. El frío contribuye a acelerar la llamada retrogradación del almidón que provoca el endurecimiento el pan. Lo ideal será conservar en la bolsa en que normalmente se presentan pero siempre cuidando de cerrarla bien para que conserven su humedad y ternura.

-Los panes ‘secos’ (biscotes, tostas, etc) tienen una vida útil bastante mayor. Hay que alejarlos de la humedad para que no se reblandezcan. Así pues, lo mejor sería guardarlos en bolsas de un material hermético, bien cerradas. 

LA CORRECTA CONGELACIÓN

Sabemos de sobra que el pan acepta muy bien la congelación. Una buena idea, por ejemplo, es comprar un pan de calidad y congelarlo en porciones individuales o trozos pequeños, de forma que siempre tengamos buen pan en casa. Puedes descongelarlo a temperatura ambiente o bien, si por ejemplo, lo has cortado en rebanadas (tipo desayuno) puedes meterlas directamente en la tostadora. Eso sí, si lo tuestas, no tardes mucho en consumirlo.

Cuando vayas a congelar el pan es preferible envolverlo previamente (puedes ser papel de aluminio, envoltura de plástico film, o bolsas de congelación específicas) y evitar así la contaminación de olores de otros alimentos presentes en el congelador.

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UNA SEGUNDA VIDA PARA EL PAN DURO

Si el pan ha quedado algo duro, podemos tostarlo un poco y conseguir que quede algo más apetecible. Aunque la opción que más nos gusta cuando está duro es aprovecharlo como ingrediente de otras recetas. Desde las clásicas torrijas a otras muchas opciones como las que os mostrábamos aquí.