La Escuela de Pastelería del Gremio de Barcelona acogía ayer una nueva edición del que ya se ha convertido en todo un clásico dentro del calendario nacional de concursos vinculados a la repostería: el que premia el ‘Mejor croissant artesano de mantequilla de España’.
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Un certamen en el que pueden participar las pastelerías de todo el país (en esta ocasión han sido más de 50) y que, desde sus inicios, ha perseguido siempre el mismo objetivo: incentivar y reconocer las habilidades de los pasteleros en el terreno de la bollería artesanal.
La dinámica a la que los aspirantes al premio tuvieron que ceñirse en la decimoséptima edición del concurso fue la habitual: cada pastelero debía entregar 12 croissants (elaborados con mantequilla como única materia grasa, con forma de cuerno recto o media luna, con un mínimo de tres vueltas y sin rellenos ni decoraciones) para su posterior cata por parte del jurado. Un panel de expertos que, en este caso, estaba compuesto por destacados nombres del mundo de la repostería como Miguel Moreno (Pan y Cacao, Madrid); Abel Bravo (Glea, Murcia); Ester Roelas, profesora de pastelería; Johan Ferrant (director de la Baking School BCN Sabadell) o Gil Prat (Pastisseria Prat Can Carriel, Roda de Ter), ganador de la última edición del concurso.
CRUJIENTE, LIGERO Y CON UN DELICIOSO SABOR A MANTEQUILLA
Tras la degustación de las distintas piezas presentadas (valorando parámetros como color, sabor, alveolado, acabado, etc) los jueces determinaron el ‘Mejor croissant artesano de mantequilla' de este 2024 era el elaborado por pastelero Andreu Sayó, de la pastelería Brunells.
Se da la circunstancia de que ya en 2020, en plena pandemia, este establecimiento se hacía con el premio del concurso. Tal y como os contábamos entonces, se trata de una de las pastelerías más antiguas de la capital catalana. Ubicada en la misma esquina del barrio del Born desde 1852, en 2018 tuvo que echar el cierre (afectada por problemas derivados de la gentrificación), aunque dos años más tarde volvió a abrir sus puertas de la mano de tres socios, que apostaron por su continuidad.
Quien cruza las puertas puertas de Brunells encuentra ‘un homenaje a la pastelería tradicional de Barcelona, con propuestas que recuperan y actualizan los postres más emblemáticos de la ciudad, pero también una recopilación de las piezas más internacionales del querido oficio pastelero’, explican desde su propia página web.
Entre esas ‘piezas internacionales’ no faltan sus fantásticos croissants que, cuatro años después, han vuelto a conquistar a los jueces del concurso. ‘El nuestro es un croissant con muchas vueltas, buscamos que sea crujiente y ligero, y que al hornearlo retenga el máximo de mantequilla’, explicaba Sayó.
Así pues, la legión de fans de este icónico bollo con acento francés (cuyo origen es, en realidad, austriaco) que aún no tenían en su radar el nombre de esta pastelería, ya saben un lugar donde adquirirlo es, sin duda, garantía de calidad.