Verduras congeladas© Adobe Stock

En el mercado: ¿cómo elegir las verduras congeladas más saludables?

Nos referimos, claro, a cuando vienen empaquetadas en preparados envasados. Con un solo vistazo a la etiqueta será más fácil hacer una buena elección.


25 de septiembre de 2024 - 14:02 CEST

Los productos saludables y, entre ellos, las verduras de forma muy especial, vuelven a ser las grandes estrellas de muchas cestas de la compra en septiembre. Es tiempo de volver a retomar buenos hábitos de alimentación y el mundo vegetal es un gran aliado para conseguirlo. Lo ideal, siempre que podamos, es apostar por las verduras frescas. Sin embargo, el mercado nos ofrece también interesantes productos ya preparados que nos ayudan con nuestro objetivo de comer saludable. Eso sí, hay que saber elegirlos bien porque no todo vale. 

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Ya en su día os dábamos algunas pistas para hacer buenas elecciones en el terreno de las verduras en conserva, y hoy vamos a centramos en el universo de las verduras congeladas. Y es que no es oro todo lo que reluce en esta sección del supermercado. Puede darnos la falsa sensación de que si vemos, por ejemplo, un brócoli o una zanahoria dibujada en el frontal del paquete, ese producto va a ser sano per se, y no siempre sucede…

A las buenas opciones se suman otras donde, bajo términos como Salteados, braseados, parrilladas…, en realidad se ‘esconden’ alternativas no tan interesantes. ¿Cómo separar el grano de la paja? La solución, como casi siempre, pasa por dar la vuelta al paquete, no hacer mucho caso al frontal, y prestar mucha más atención a la etiqueta y tabla nutricional que aparecen detrás. Aquí algunas pistas básicas donde poner el foco:

-La lista de ingredientes: cuantas más verduras, mejor. Por ley, es obligatorio que los ingredientes estén dispuestos en orden de cantidad, de mayor a menor (lo primero que aparece, será el ingrediente que encontramos en mayor cantidad). Por eso debemos buscar que el porcentaje de verduras sea lo más alto posible. Si el 100% son verduras, mejor que mejor. 

-La grasa: si hubiera algún elemento graso entre los ingredientes, siempre preferiremos que esa grasa sea aceite de oliva (mejor todavía si es aceite de oliva virgen). 

-La sal: también es muy importante. Cuando son productos que previamente se han cocinado o precocinado y luego congelado, a veces presentan altos índices de sal. Para saber su cantidad debemos mirar siempre en la tabla nutricional. Si la cantidad supera 1 gramo por cada 100 gramos de producto, será preferible descartarlo.

A continuación, vemos en la imagen dos ejemplos de productos que sí resultan interesantes nutricionalmente. Échales un ojo a modo de guía y seguro que la próxima vez que vayas al mercado, si aparecen las dudas, estas pistas podrán servirte de ayuda.