El té no es que sea una bebida muy 'nuestra', pero la hemos adoptado como si lo fuera. Milenaria y originaria de China -cuenta la leyenda que uno de sus emperadores estaba hirviendo agua cuando cayeron de una manera casual algunas hojas de un árbol silvestre bajo el que estaba disfrutando de su sombra y se obró la magia de tan famosa infusión-, luego se extendió a otros países asiáticos como Japón, India, Sri Lanka y Taiwán, y hoy es una de las bebidas más emblemáticas de Inglaterra, antigua colonia india, pero también de otros países como Marruecos, Turquía, Irlanda, Rusia o Chile.
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Recuperamos las palabras del estadista, político y ex ministro británico William Gladstone sobre esta icónica bebida: "si tienes frío, el té te calentará. Si tienes demasiado calor, el té te refrescará. Si estás deprimido, el té te animará. Si estás agotado, el té te calmará".
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El té se toma habitualmente caliente, pero frío también se consume en numerosos lugares, y parece ser una costumbre que viene de lejos, concretamente del sur de Estados Unidos. En el siglo XIX, y más concretamente en el año 1904, tuvo lugar la Exposición Universal de St. Louis con un calor extremo. Como nadie quería comprar té caliente, al comerciante Richard Blencynden se le ocurrió servirlo con hielo ¡y este iced tea tuvo un éxito aplastante!
La genialidad de esta bebida, refrescante y llena de propiedades saludables -sobre todo ser diurético y antioxidante, esto es llena de nutrientes, vitaminas y minerales que protegen y reparan las células del daño causado por los llamados radicales libres-, es que se puede preparar con numerosas clases de té, solos o mezclados (negro, verde, rojo, blanco...), según los matices de sabor y aroma que busques, ya sean dulces, amargos, cítricos, frutales, con o sin azúcar, hecho con diferentes hierbas o especias, pero siempre bien frío: con cubitos o con hielo pilé. Hay quien, incluso, combina el té helado con alguna bebida alcohólica y/o diferentes zumos, limonadas, etc. Y acepta el acompañamiento de distintos tipos de fruta.
Bubble tea o té de burbujas
Hay una variante de té dulce aromatizado e inventado en Taiwán, que además de té de distintos tipos, lleva bolitas de tapioca o de gelatina y algún jarabe o zumo de frutas, leche o bebida vegetal y/o algún edulcorante como azúcar, miel, estevia y otros. Recibe el nombre de bubble o boba tea y también hay alternativas con helado, para obtener resultados bien fríos, tanto caseras como ya hechas para comprar.
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Cómo preparar el mejor té helado de manera fácil y rápida
- No olvidemos que lo primero es hacer una buena infusión caliente con el té elegido -una bebida relajante y estimulante a la vez-, ya sea a granel -siempre mejor opción- o en bolsitas.
- Las mejores variedades para preparar té helado son los negros verdes y blancos. Y según el portal El club del té "existen diferentes formas de hacer el té helado: con y sin hielo. Si utilizamos hielo, debemos calcular una mayor cantidad de hebras de té (aproximadamente el doble). Debemos preparar la infusión en caliente más concentrada, y luego agregar el hielo. De esta forma, evitamos que se diluya su sabor cuando se derrite el hielo. Pero si decidimos no incorporar el hielo, debemos infusionar con la cantidad de hebras para la proporción de agua utilizada. Luego llevar el resultado a la nevera a la nevera hasta que esté frío.
- El té helado se prepara a partir de las hojas del té y agua y le van de maravilla frutas como el melocotón, el limón, la naranja o la lima y también los frutos del bosque-.
- Algunas hierbas o especias que le van de cine son la menta, la albahaca, el jengibre, la cúrcuma, la canela o la vainilla.
- Endulza con miel u otros tipos de edulcorantes: estevia, panela jarabes de maíz, agave o arce, pero siempre de forma moderada.
- Y no le pongas azúcar si añades algún tipo de zumo o jarabe de frutas.
- Queda muy rico también con alguna bebida vegetal (avena, soja, almendras, nueces, etc).
Ingredientes para hacer un té helado clásico
- 4 bolsitas de té negro, verde, blanco o rojo
- 1 litro de agua
- Azúcar o cualquier otro endulzante
- Cubitos de hielo
- Limón o lima
- Menta o hierbabuena frescas
Modo de elaboración del té helado
- Pon una olla al fuego con el agua y espera a que hierva.
- Añade las bolsitas de té y el edulcorante.
- Deja infusionar unos pocos minutos, retira del fuego y deja reposar.
- Vierte el contenido, sin las bolsitas, en una jarra una vez que haya perdido el calor.
- En el momento de servir, echa en cada vaso unos cubitos de hielo, una cuarta parte de la infusión, una rodaja de limón y unas hojas de hierbabuena.