Helados hay muchos y de mil sabores diferentes. ¿No te fascina mirar los expositores de esas heladerías repletas de cubetas con sabores y colores diferentes? ¡Nosotros nos quedamos embobados. Pero hoy lo que buscamos es proponerte que hagas unas versiones de helado casero.
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Y para ello hemos creado esta recopilación de nuestros favourite ones en lo que a helados cremosos, de cuchara y cucurucho se refiere. Son sabores sorprendentes, no los clásicos de chocolate, fresa o nata, que ¡ojo! nos encantan, pero queremos mostrarte que en casa también se puede innovar.
Además, si tienes invitados, con estas creaciones seguro que no vas a fallar. Las ventajas de preparar helados caseros son muchas: fáciles y rápidos de hacer -tardan su tiempo sobre todo si no tienes heladera, pero merece la pena-, naturales a más no poder... ¡y están riquísimos!
Los hay de piña y coco, brownie con frambuesas, té Matcha con almendras, yogur y limón... y así hasta 10 sabores a cada cual más sugerente.
Helado de plátano con cucuruchos de chocolate
Platáno, leche, azúcar, una pizca de vainilla y chocolate son los únicos ingredientes que lleva esta receta. Compramos unos barquillos para servir el delicioso helado que obtendrás.
Helado de coco y piña
Esta mezcla, la de coco y piña, siempre funciona. Y en el caso de en helado, por supuesto que también. Lleva como piña fresca y coco y una base de helado con yemas de huevo y esencia de vainilla.
Helado casero de ‘cheesecake’ y zanahorias
Esta receta reproduce el sabor de una de las tartas más famosas de la repostería mundial como es la neoyorquina tarta de queso. Es muy sencillo de conseguir y si no encuentras la mermelada de zanahoria en el supermercado, no te preocupes, cámbiala por una de frutos rojos o fresas.
Helado casero de brownie y frambuesa
Preparamos primero el postre norteamericano de chocolate más famoso del mundo para después mezclarlo con leche, congelarlo y servirlo con unas frambuesas. ¡Es una auténtica perdición!
Helado casero de yogur y limón
Menos de 15 minutos se tarda en preparar la mezcla de este helado, que sí necesita varias horas de congelado, salvo si tienes heladera ¡que no se tarda nada! Este sabor te gustará si lo tuyo son los ácidos y cítricos.
Helado de arándanos y chocolate blanco
Este helado es, además de precioso por el colorido resultado, suave y delicioso. La base es un puré de arándanos a la que añadimos nata montada y, como cobertura (siempre opcional), un poco de chocolate blanco derretido.
Helado de coco y frambuesas
Una opción muy suave y cremosa gracias, en parte, a uno de sus ingredientes base que es la leche de coco. Puede servir como una merienda deliciosa, acompañada de unas frambuesas, unos frutos secos picados o algún cereal sin azúcar para darle un toque crujiente.
Helado de té con almendras
El té matcha forma parte de la cultura y la tradición de Japón desde hace siglos. Es un tipo de té verde en polvo hecho de hojas de té molidas finamente y se caracteriza por su color verde intenso y su sabor característico. Es la base de este helado, sin duda diferente, que coronamos con unas almendras.
Helado cremoso de pistachos
Uno de los helados que más gustan cuando está bien hecho es el de pistacho. En esta ocasión, no necesitas ni heladera. Con base de yogur y mascarpone conseguimos ese extra de cremosidad que puedes servir con o sin trocitos.
Helado casero de vainilla con dulce de leche y frutos secos
Aunque el de vainilla sea uno de los grandes sabores clásicos -ese lo vamos a crear a partir de una vaina natural y un poco de nata), lo presentamos con un sirope de dulce de leche y unos frutos secos picados para darle un toque crunchy. Para darle un toque crujiente, espolvorea al final unos frutos secos que has podido moler con anterioridad.