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Afortunadamente, lejos quedó ya esa idea nutricional que vinculaba las grasas poco menos que al demonio. Obviamente, las hay que no son nada recomendables, como las grasas trans o hidrogenadas, pero ya sabemos que también existen las saludables: ácidos grasos que, lejos de ser perjudiciales, nos aportan grandes beneficios.
Es el caso de los conocidos como Omega 3, grasas insaturadas vinculadas a la prevención de enfermedades cardiovasculares. Cuidado, que esto no significa que debamos 'abandonarnos' a los suplementos dietéticos. Salvo prescripción médica, lo ideal es tomar los nutrientes no como sumplemento sino a través de los alimentos. Y en la cesta de la compra tenemos muchos productos que son fuente de Omega 3: los frutos secos (en especial, las nueces); verduras como el brócoli o de hoja verde, como las espinacas o la rúcula; el aguacate; los huevos; las semillas de chía, la quinoa, la avena, los aceites de soja…
Un grupo de alimentos entre los que destacan también los pescados azules: caballas, atún, anchoas, sardinas, chicharros, melvas, salmón….
Delicias marinas que cuentan en su composición con este nutriente y que, además, muchos de ellos están ahora en verano de plena temporada. Es por esto que apostar por ellos en estado fresco es una gran idea, aunque, si los consumimos en conserva también nos aportan esos ácidos grasos saludables. Hemos reunido a continuación un buen número de recetas con estos pescados azules donde salud y sabor van de la mano:
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