Ha sido el concursante más cuestionado dentro y fuera de las cocinas de MasterChef y en el último programa fue el elegido para abandonar el talent. Luca, el aspirante que saltó de Tik Tok a los fogones, colgó el delantal después de 22 programas en los que ha estado en el punto de mira por sus recetas sencillas y el supuesto trato de favor de parte del talent. “¡Veintidos programas esperando este momento! ¡Venga Luca, pa' tu casa!” exclamó Jotha, que nunca se llevó bien con el tiktoker durante el concurso. Los fans del espacio aplaudieron esta decisión pues la personalidad y comportamiento del aspirante fueron muy cuestionadas durante el talent. Luca siempre puso un tinte polémico con sus comentarios y algún que otro engaño al programa de cocina.
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En la primera prueba de la noche, llevaron a los concursantes al restaurante Oroya, del hotel The Madrid Edition. Luca y Lluís hicieron los equipos que quedaron divididos así: con Luca quedaron Jotha, Ana y Álex y con Lluís, Eneko y Pilu. El menú tenía raíces peruanas y consistía en elaborar ceviche de corvina, anticucho de corazón de res, aguja de cerdo ibérico, lúcuma, chocolate y pistacho. Los capitanes tuvieron diferentes enfoques a la hora de cocinar pues mientras Lluís estaba centrado en los platos, Luca pasó bastante rato animando y cantando, por lo que Álex se convirtió en una especie de capitán en la sombra. “Luca es el capitán más animador del programa, pero a la hora de hacer las elaboraciones sí distrae un poco” dijo Ana. Sin embargo, a pesar de su esfuerzo, el equipo de Lluís necesitó la ayuda de Jordi Cruz.
Luca y su equipo fueron a la prueba de eliminación pues les dijeron que “el capitán había estado flojo y despistado”. “Mucho animar y poco organizar” dijo el jurado. Jotha, Ana, Álex y Luca fueron a la prueba de eliminación y tuvieron que replicar unos platos creados por chefs jóvenes como Javier Sanz y Gorka Rico. Álex tuvo que cocinar oveja y su piel de leche, Jotha un postre, Luca preparó sepia crujiente y Ana, un escabeche de gallo. Luca se derrumbó y empezó a llorar porque no le salían las elaboraciones: “No sé por dónde empezar”. El resultado final fue malo: se le quemaron ingredientes, dejó la tinta cruda y acabó como pudo la receta.
“Nunca en mi vida había sentido tanta frustración y desesperación. Creía que no sacaba nada” dijo. “Está amarga, chamuscada. No os lo comáis” dijo Pepe. Jordi apuntó que no había visto un plato tan malo en once años. El resultado final fue su expulsión, algo que se tomó con una sonrisa, aunque también mucha emoción. “Luca entró siendo una persona artificial, materialista y aquí me he dado cuenta que hay más vida detrás de un móvil. Que puedes ser feliz con pocas cosas. Ha sido un programa de experimento humano, me voy siendo otro. Ha sido inolvidable vivir esto con 19 años” dijo a modo de despedida. La carrera cada vez se va acercando más a la meta y la pregunta sigue en el aire: ¿quién ganará el título de MasterChef?