Ya los antiguos griegos, que de tontos no tenían un pelo, disfrutaban con el sabor de las cerezas, a las que denominaban ‘Kerasos’. Después, los romanos asimilaron el término y lo hicieron propio bautizando a esta fruta ‘Cerasus’ (de donde derivaría la actual nomenclatura ‘cereza’). Al parecer fue durante el Imperio Romano cuando, con las migraciones humanas, las cerezas se expandieron a Europa y Asia.
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Esto es, al menos, lo que se cree en relación al origen de una fruta (nacida del árbol del cerezo, perteneciente a la familia de las rosáceas) que nos vuelve locos y de la que sí tenemos una certeza absoluta: incluirla en nuestra de la compra es una idea más que recomendable y son varias las razones. A continuación, repasamos algunas de las más importantes:
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Las cerezas, pequeñas en tamaño pero inmensas en sabor y propiedades
-Está de plena temporada. Ya no recordamos las veces que os hemos contado las ventajas que supone apostar siempre por los alimentos propios de cada época del año, pero aún a riesgo de ser cansinos, ahí van: resultan más interesantes a nivel precio; son además más sostenibles (no hay que traerlos de lugares lejanos); su sabor es inmejorable y mantienen también todas sus propiedades nutricionales. En el caso de la cereza, hay que aprovechar bien esta temporada porque no es muy larga: abarca de finales de primavera y principios de verano.
-Poco calórica. Su aporte de calórico es bajo (tan solo 65 calorías por cada 100 gramos de producto). De manera que, consumidas en fresco, resultan ser un gran ‘aliado’ para llevar una dieta saludable en general, y para las dietas enfocadas en la pérdida de grasa en particular.
-Saciante: su contenido en fibra ayuda al buen funcionamiento del tránsito intestinal y, además, nos ayuda a permanecer saciados.
De finales de primavera a principios de verano, su mejor momento para el consumo
-Diurética: Dentro de su composión, lo que más abunda de forma mayoritaria es el agua, tal y como ocurre con otras muchas frutas. De modo que pueden resultar de ayuda en la eliminación de líquidos.
-Pura inyección de potasio. Tambien son buena fuente de minerales, en especial de potasio, pero también calcio y fósforo. Además, poseen un alto contenido de ácido fólico.
-Antioxidante. Gracias a su rico contenido en flavoniodes, así como su aporte de vitaminas A y C, se convierten en un potente antioxidante, es decir, ayudan a combatir eficazmente el envejecimiento celular.
-Versátil en cocina. Su recomendación de consumo habitual, si queremos beneficiarnos de todas estas ventajas, será en fresco. No obstante, de forma más ocasional podemos incluirlas como ingrediente en infinidad recetas tanto dulces como saladas: batidos, recetas de repostería, ensaladas… Hace escasas semanas os dábamos, sin ir más lejos, un buen puñado de ejemplos de sabrosas recetas con sabor a cereza. Así que no lo dudes, y la próxima vez que vayas a hacer tu lista de la compra, no te olvides de incluir estos ricos y saludables frutos.
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