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Verduras congeladas: 5 razones para incluirlas en tu carrito (y dos precauciones)

Repasamos las ventajas más importantes que nos ofrecen este tipo de alimentos a la hora de llevar una dieta saludable y desterramos también algún que otro mito


Actualizado 29 de marzo de 2023 - 11:55 CEST

Aunque las recomendaciones nutricionales pasen por priorizar en nuestra lista de la compra los productos frescos, en especial frutas y verduras (si algo no lleva etiqueta, es probable que estemos haciendo una buena elección en términos de salud), el mercado también nos ofrece muy buenas opciones para llevar una dieta sana, más allá de estos alimentos en fresco.

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Y es que, entre la ‘obscena’ cantidad de productos ultraprocessados que habitualmente pueblan los estantes de en los pasillos de los supermercados, hay estupendas salvedades. Hablamos, por ejemplo, de esas conservas de legumbres o verduras, o esas las latas con sabor a marinero, que tanto nos ayudan cuando no disponemos de mucho tiempo en la cocina pero no por ello queremos ‘abandonarnos’ a alternativas insanas.

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La congelación de verduras permite disfrutarlas durante todo el año, incluso si no están en temporada

En este terreno, las verduras congeladas resultan otra magnífica opción. Tener este tipo de productos en nuestro congelador es una idea más recomendable por muchos motivos. Repasamos a continuación los más importantes:

  • Mismas propiedades nutricionales. Una de las falsas creencias más extendidas relacionadas con las verduras congeladas es que, tras ese proceso, su composición nutricional es peor o más pobre que en su versión fresca. Sin embargo, esto no se corresponde con la realidad. Las verduras se recogen en su momento óptimo, cuando presentan todo su valor nutritivo y todo su sabor, y se ultracongelan directamente. Un proceso que preserva prácticamente intactas esas propiedades organolépticas y de composición nutricional.
  • Disponibilidad todo el año. Su larga vida útil (siempre que se conserve bien la cadena de frío) hace que podamos disponer de cualquier verdura en cualquier momento, incluso las que no están temporada.
  • Comodidad. El hecho de que este tipo de productos se presenten ya lavados, cortados y listos para consumir (muchas veces ni siquiera es preciso descongelarlos previamente) resulta realmente cómodo a la hora de cocinar, especialmente cuando andamos con más prisas.
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Al no presentar merma nos ayudan a luchar contra el desperdicio de alimentos

  • Desperdicio cero: También el hecho de que las verduras congeladas se comercialicen peladas, lavadas y cortadas, hacen de ellas grandes ‘aliadas’ contra el Zero Waste, ya que no tienen merma. Además, puedes usar la cantidad de una bolsa que desees, y el resto seguir reservándolo en el congelador (en el caso de alimentos es mucho más fácil que los ‘sobrantes’ terminen deteriorándose y tirándose.
  • Alimentos muy seguros. Como producto de la cesta de la compra que es, su producción y comercialización está sometida a estrictos controles de calidad y seguridad alimentaria. Algo que, en el caso de los congelados, se ve especialmente ‘enfatizado’: la ultracongelación evita la proliferación de patógenos o posible deterioro causado por microorganismos.

DOS PRECAUCIONES A TENER EN CUENTA

Al igual que ocurre en el caso de las conservas de legumbres y verduras (que pueden ser absolutamente saludables siempre que hagamos buenas elecciones; aquí os dábamos algunas pistas en este sentido), pasa algo similar en el caso de las verduras. Y es que en los mismos arcones de productos congelados conviven opciones sanas y otras que, en realidad, son precocinados (con cantidades excesivas de sal, azúcar, grasas no saludables). Por este motivo, aquí también deberemos prestar atención a las etiquetas. En concreto a su lista de ingredientes: en ella deberán aparecer únicamente las verduras.

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Es importante fijarse en la lista de ingredientes para comprobar que estamos ante un producto saludable

La segunda prevención que queremos recordar tiene que ver no tanto con las verduras en particular como con los congelados en general. Para que mantengan su vida útil y se conserven en perfectas condiciones deberemos mantener la cadena de frío. Así, lo ideal cuando hagamos la compra, será meter en el carrito los congelados en el último momento. No dejar que pase mucho tiempo hasta que lleguemos a casa y, cuando lo hagamos, deberemos meter cuanto antes los congelados en nuestro congelador.

Por último, recuerda también que estas verduras nos ofrecen prácticamente la misma versatilidad que las frescas. Podemos prepararlas al vapor, salteadas, en forma de crema… Aquí os dábamos algunos ejemplos de recetas con verduras congeladas.

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