Al igual que ocurre con otros platos propios de los meses de invierno (de las calçotadas catalanas, al cocido madrileño, las alubiadas en País Vasco…), la fondue es otro de esos platos que resultan también ideales no solo para entran calor, sino también muy propicios para compartir en buena compañía. La ‘excusa’ para juntarse con amigos o familiares y disfrutar de un día festivo, donde las sobremesas se alargan sin necesidad de estar pendientes del reloj…
La ventaja que tiene, además, es que la fondue, a diferencia de esos guisos de cocción prolongada, es muy sencilla y rápida de preparar. Un plato nacido en las altas montañas suizas, cuyo origen podría encontrarse en una antigua costumbre de pastores y montañeros que consistía en calentar los trozos de queso viejo para ablandarlos, pero también para poder disfrutar de un plato de comida caliente.
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La fondue de queso tiene su origen en las altas montañas de Suiza
Así, la receta más básica, requiere en realidad de muy pocos ingredientes: además del queso suizo (se puede usar una mezcla de distintas variedades), incluye ajo fresco, pimenta, un poco de vino blanco, harina de almidón de maíz para ligar, un poco de zumo de limón. También puede llevar un poco de nuez moscada y un vasito pequeño de licor de cereza o aguardiente de ciruela.
“Respecto al pan con el que se sirve la fondue, es preferible que tenga más de un día para que así se adhiera mejor el queso”, nos explican los expertos de Quesos de Suiza, que también nos recomiendan como propuesta de maridaje para este plato vinos afrutados y ligeros, o bien champanes secos (o té negro para quienes prefieran prescindir el alcohol).
En cuanto a las posibles variedades de fondues de queso, aquí el gusto mandará (se pueden usar de mayor o menor intensidad). La que estos expertos nos van a enseñar a preparar, paso a paso, a modo de ejemplo, es una de las más clásicas: la fondue ‘moitié-moitié’ ('mitad y mitad', en francés). Y es que para su elaboración usaremos dos variedades muy populares de quesos suizos a partes iguales: Le Gruyère AOP y el Vacherin Fribourgeois AOP.
PASO A PASO: FONDUE MOITIÉ-MOTITIÉ
La receta es tan sencilla como ir añadiendo los distintos ingredientes en el caquelón (típica cazuela donde se elaboran las fondues) que luego llevaremos a la mesa disponiéndola sobre el infiernillo para que no se enfríe. Puedes acceder al paso a paso clicando sobre la imagen.
OTRAS VERSIONES DE FONDUE PARA GOLOSOS
Además de la fondue orignal de queso, también son muy populares las de carne (el caquelón se llena con aceite caliente donde cada comensal introduce los pedacitos de carne para que se vayan haciendo), así como las versiones dulces. La más clásica es la de chocolate (en la que se sumergen pedacitos de fruta), aunque existen también otras variantes. A continuación os proponemos dos a modo de ejemplo:
Paso a paso: Fondue de granada con nubes dulces
En este caso la clásica crema de chocolate se sustituye por una mezcla de zumo de granada, naranja y un toque de ron. Además, haremos unas nubes dulces ('marshmallows') de forma casera -también puedes comprarlas ya hechas- que sustituirán los típicos cachos de fruta. Para que sea más fácil 'bañar' las nubes en la fondue las ensartaremos en palitos de madera a modo de brocheta.
Paso a paso: Fondue de frutas con salsa de caramelo salado
Elaboramos una salsa que es famosa en la Bretaña francesa, el 'caramel au beurre salé' o salsa de caramelo con un toque salado. En este postre, la vamos a servir para mojar diferentes frutas, al estilo fondue. Opta por las variedades que más te apetezcan, siempre mejor si están de temporada.
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