Podrá tardar más o menos. Pero incluso el mejor Roscón de Reyes imaginable (hecho con largas fermentaciones e ingredientes de insuperable calidad) termina por secarse con el tiempo. Podemos tratar de alargar un poquito más ese momento, conservándolo bien: tapando los extremos cortados con plástico film; manteniendo el Roscón en un lugar aislado de la luz y el calor (mejor evitar nevera en la medida de lo posible porque la masa se suele resecar); envolviéndolo en una bolsa de alimentación limpia y sin ningún olor… Pero al final, acaba endureciéndose. Y entonces, llega la pregunta recurrente: ¿Puedo congelar lo que me ha sobrado para disfrutarlo cuando quiera, pasadas ya las Navidades?
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El Roscón de Reyes, un clásico de la repostería navideña
Y, aunque parece una pregunta sencilla, no hay unanimidad al 100% en la respuesta. Por ejemplo, el prestigioso pastelero Oriol Balaguer (sin duda, voz autorizada en materia de roscones) ya nos decía que él no lo recomendaba, dado que nunca quedará exactamente igual. En lugar de ello, el repostero apostaba más por reutilizarlo dándole una segunda vida. 'Si es sin relleno, una buena opción puede ser cortarlo en rebanadas finas, tostarlas ligeramente y untarlas con una mermelada o con chocolate. Si lo que nos sobra es masa cruda se pueden hacer, por ejemplo, bollos suizos', nos contaba.
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No obstante, son muchas las personas que sí optan por congelar el Roscón cuando, después del 6 de enero, nos ha sobrado parte de este dulce y empiezan ya las prisas por recuperarnos de los excesos gastro navideños. Cierto es que, cuando lo descongelemos, será difícil que alcance los niveles de calidad de un Roscón recién hecho, pero también lo es que, si no nos ponemos tan exigentes, sí puede ser una buena opción para disfrutar del sabor del roscón en cualquier momento del año.
Puedes congelar porciones individuales y, si está relleno, mejor retirar previamente la nata, chocolate o crema
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De hacerlo, eso sí, deberemos congelarlo en las condiciones más óptimas posibles. Para ello, ten en cuenta los siguientes consejos:
- Cuanto más fresco sea, mejor aguantará la congelación. Así que, si ves que te va a sobrar, no esperes demasiado a congelarlo.
- Puedes cortarlo en porciones y congelarlas individualmente. Para ello, envuélvelas bien el papel film y mételas después en una bolsa especial para congelación, aislando así el roscón de fuentes de olor cercanas. También lo puedes congelar entero o en cachos más grandes, pero siempre con la previsión de que se deberá consumir cuanto antes.
- El roscón se congela mejor si está sin rellenar. Así que si tiene relleno de nata, chocolate, crema… será preferible quitarlo antes de congelarlo (se humedece en exceso) Si te apetece, una vez descongelado puedes rellenarlo tú de nuevo con un poco de nata, mermelada, crema de chocolate o lo que prefieras. Incluso puedes congelar por separado la nata (si es un roscón comprado, es probable que tenga estabilizantes, por lo que aceptará la congelación) y añadirla despúes.
- Ten en cuenta que nunca podrás recongelar el roscón. Una vez descongelado deberás consumirlo pronto.
Los roscones se pueden congelar ya formados y dejarlos listos para hornear el mismo día de Reyes
¿Y si lo hago en casa, puedo congelarlo antes de hornearlo?
Es otra de las dudas recurrentes, y tampoco aquí hay respuesta única. Hay quien prefiere congelar la masa después del primer levado, quien lo hace después del segundo, quien congela la masa antes de formar el roscón… Ante tal disparidad de criterios, nos quedamos en este caso con la opinión experta de la respostera Paula Babiano, al frente de la exitosa tienda de tartas y dulces Balbisiana, cuyo Roscón goza de merecida fama. Hace unos días nos ofrecía su paso a paso para elaborarlo, y respecto a la congelación nos contaba lo siguiente: 'No conviene congelar la levadura fresca de panadero (¡nunca usar levadura en polvo!), puede perder su efecto, pero lo que sí se puede congelar es el roscón ya formado, pincelado con huevo y envuelto en papel film. Estará listo para hornear la misma mañana de Reyes. Hay que dejarlo fuera del congelador unas dos horas a temperatura ambiente antes de meterlo al horno. También se puede hacer la primera fermentación de la masa el día anterior, guardarla toda la noche en la nevera y al día siguiente sacarlo una hora antes, formar el roscón y dejar que haga la segunda fermentación hasta que doble su volumen, se decora y está listo para hornear, unos 18 minutos'.
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