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¿Tienes ya pensado con qué vas a brindar cuando suenen las 12 campanadas? Pues si tienes dudas, te ayudamos a elegir el espumoso que más se acerca a tus gustos y a conocer las diferencias entre ellos.
El champagne procede de la región francesa de Champagne, y solo si ha elaborado allí puede usar su nombre, que está protegido por su Denominación de Origen. El cava, por su parte, es un vino también con Denominación de Origen (desde 1986) que se elabora en Cataluña, La Rioja, Aragón, Navarra, País Vasco, Comunidad Valenciana y Extremadura.
Tanto el champagne como el cava son vinos espumosos, es decir, son vinos blancos que contienen gas carbónico natural ya que se ha producido una segunda fermentación. Es lo que se conoce como método tradicional o champanoise. Ambos se elaboran con una mezcla de tres uvas diferentes y dependiendo del nivel de azúcar que contenga, hablaremos de espumosos más secos o más dulces, siendo el Brut Nature el más seco, sin azúcar añadido, y el Doux, el más dulce. Entre estos dos extremos, encontramos el Extra Brut, Brut, Extra Sec, Sec y Demi Sec.
Los espumosos se asocian con las celebraciones, no hay fiesta sin burbujas, pero estos vinos son también perfectos para acompañar la comida, desde el aperitivo al postre, y además del champagne y el cava, tenemos muchos otros espumosos que seguro has probado alguna vez, como el Rueda espumoso de Valladolid, el Ardayel y el Xamprada en El Bierzo, el Rías Baixas espumoso de Pontevedra, el Marina Alta en Alicante… y los italianos Prosecco, Lambrusco, Moscato D’Asti, el Sekt alemán o el Cremant francés.
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