Aquello de ‘como vienen días de grandes atracones, los días previos…. ¡dieta draconiana para compensar!’. ¿Te suena? Sí es así, y si has seguido alguna vez esta pauta de alimentación sabrás de sobra que no funciona. Es una ‘ley de la compensación’ que no resulta nada efectiva. Sin embargo, continúa siendo para muchas personas una ‘tentación’ recurrente las semanas previas que no quieren ver cómo la Navidad y sus banquetes pasan factura en la figura.
Sabemos de sobra que, si seguimos una alimentación saludable durante todo el año, no pasa nada por cometer algún exceso en las fechas señaladas y luego volver a los buenos hábitos de alimentación. El problema llega cuando esas ‘fechas señaladas’ (Navidad, Finde Año y Reyes) se traducen en realidad en más de dos semanas comiendo cosas insanas sin ningún tipo de control de forma continuada. Y es precisamente esto lo que debemos intentar evitar.
No obstante, si crees que hacerlo no va a resultar fácil (seamos honestos: no lo es) y aún así has tomado la decisión de, estos días previos a las fiestas, prestar mucha atención a lo que comes pensando en esos atracones venideros, hay algo que, como decimos, resulta fundamental descartar: caer en la tención de ‘entregarnos’ a alguna dieta milagro.
Algunas son muy fáciles de reconocer. Pero otras vienen ‘envueltas’ en campañas de marketing muy bien diseñadas que pueden ‘atraparte’ sin que casi te des cuenta. Estas son algunas pistas a tener en cuenta para identificarlas y, en cuanto lo hadas, desecharlas automáticamente.
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¿SUENA MUY BIEN? ¡NO TE FÍES!
Hay una norma infalible para detectar una dieta milagro en cuestión de segundos. “Si lo que promete suena demasiado bonito, es muy probable que sea mentira”. Tenemos ganas de creer. Y precisamente de esos se sirven no pocos ‘gurús’ y estafadores. Pero bajar kilos de forma rápida y sin esfuerzo es prácticamente imposible, y absolutamente desaconsejable para la salud. En el mejor de los casos, recuperarás el peso con la misma rapidez que lo has perdido, sino más, debido al efecto rebote.
'GUERRA' A CIERTOS GRUPOS DE ALIMENTOS
Otra pista eficaz para detectar una dieta milagro es aquellas que demonizan un grupo concreto de nutrientes ("las grasas son el demonio"; u "olvídate por completo de los hidratos de carbono") y que conceden proceden ‘proezas mágicas’ a otro ("las proteínas son el único camino para perder peso"…).
TODO EL DÍA CONTANDO CALORÍAS
Tampoco será una dieta saludable si te obliga a contar permanentemente calorías, y da o quita valor a los alimentos únicamente por este parámetro. Y es que existen productos que, siendo prácticamente acalóricos (caso de los refrescos ‘light’), no tienen ningún interés nutricional, mientras que alimentos como los frutos secos o el aceite de oliva tienen un alto poder calórico y aún así son perfectamente válidos para su inclusión en una dieta enfocada a la pérdida de peso.
MÉTODOS EXTRAVAGANTES SIN EVIDENCIA CIENTÍFICA
¿Y si la dieta suena demasiado creativa u original? Dietas en función de tu grupo sanguíneo, en función del color de los alimentos… ahí también deben sonarte todas las alarmas, así que ¡presta atención!
¿SUSTITUTOS DE COMIDA REAL? ¡NO, GRACIAS!
También es muy probable que estemos frente a una dieta milagro cuando, quien la promueve, basa su método en el consumo de ‘preparados’ (sean batidos, cremas, zumos detox…) que, además innecesarios, resultan carísimos.
SUPLEMENTOS, SOLO SI ESTÁN PRESCRITOS POR UN MÉDICO
Lo mismo ocurre cuando esas dietas deben ir ‘complementadas’ con pastillas, infusiones diuréticas… Resulta importantísimo huir de este tipo de productos si no están prescritos por un médico, dado que pueden aparecer efectos segundarios que no deseamos (deshidratación, cansancio, taquicardias...). Y es que, otra de las pistas para detectar una dieta milagro es que permiten la posibilidad de ser ‘autoadministradas’ por nosotros mismos sin el menor control sanitario.
MÁS NUTRICIONISTAS, MENOS INFLUENCERS SIN FORMACIÓN
Tampoco el hecho de que la influencer de turno cuente lo maravillosa que es tal o cual dieta debe ser servir de guía. Primero porque es probable que esté (muy bien) pagada por decirlo. Y segundo, y más importante, porque los únicos que deberían estar autorizados para prescribir tal o cual dieta son los profesionales médicos, más en concreto, los dietistas-nutricionistas. Son sus consejos los que debemos tratar de seguir. Y, cuando hablamos de Navidad y kilos de más, ellos siempre hacen la misma recomendación: continúa comiendo sano hasta que lleguen las fechas señadas, sin obsesionarte con dietas rápidas, disfruta de las grandes comidas propias de Navidad tratando de que esas 3 o 4 comidas no se conviertan en 15 días de descontrol, y después de vuelve de nuevo a tus hábitos saludables. Ni más ni menos.
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