Tal y como os contábamos ayer en nuestro artículo sobre los 'imprescindibles' de la cesta de la compra en otoño, la calabaza es uno de esos alimentos que no debemos perder de vista a la hora de llenar el carrito en el mercado.
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Un producto milenario -ya era cultivado en China y Egipto antes de la era cristiana- que, a nivel nutricional, presenta propiedades más que interesantes: bajo contenido graso, gran fuente de fibra, vitaminas -sobre todo vitamina C- y antioxidantes… De manera que, según cómo la cocinemos, es una gran ‘aliada’ para llevar una dieta saludable.
Y hablando precisamente de sus posibilidades culinarias, aquí encontramos otra de sus grandes ‘virtudes’: la gran versatilidad que nos ofrece entre fogones. Su sabor dulzón hace que la calabaza sea apta para recetas tanto saladas como dulces: podemos disfrutarla, por ejemplo, en forma de crema o -de manera más ocasional- en forma de tartas, bizcochos… Pero sus posibilidades en la mesa van muchísimo más allá y hoy nos vamos a centrar en una forma de preparación que nos encanta: aprovechar la propia calabaza para convetirla en ‘recipiente’ e introducir en su interior los rellenos más dispares (arroces, verduras, hortalizas, carnes, sopas...).
Además, no hay que olvidar que el mercado nos ofrece distintas variedades de calabaza que difieren en su color, sabor, tamaño, forma… Las calabacitas más pequeñas, por ejemplo, son ideales para hornear y quedan muy vistosas, al igual que la calabaza tipo pera o violín, muy atractiva también visualmente.
A continuación, os mostramos algunas ideas para preparar calabazas rellenas que, además de resultar muy ricas, ofrecen un aspecto irresistible. Para acceder al paso a paso solo tienes que clicar sobre el nombre de las recetas.
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Paso a paso: Mini calabazas rellenas de carne
Vamos a preparar aquí unas calabazas pequeñas (perfectas como ración individual) que asaremos al horno y después rellenaremos cono la propia pulpa asada y carne picada. Añadiremos al relleno otros vegetales como zanahoria y apio. Una receta tan rica como vistosa.
Paso a paso: Crema de calabaza con pipas
En este caso aprovecharemos la propia cáscara de la calabaza para convertirla en original 'sopera' y serviremos en su interior una crema de lo más apetecible. Además de la imprescindible calabaza, incluiremos también entre los ingredientes un poco nata y mantequilla para aportar untuosidad.
Paso a paso: Calabazas rellenas gratinadas con verduras
Para esta receta vamos a emplear una de las variedades de calabaza no solo más ricas, sino también más vistosas: la ‘buttenut’, también conocida como calabaza-pera. De piel más fina que el resto de sus ‘hermanas’ y de textura muy cremosa, esta variedad acepta infinidad de preparaciones. En este caso la vamos a rellenar con verduras y la vamos a cocinar al horno.
Paso a paso: Calabazas rellenas de arroz y carne de cerdo
La gracia de este arroz, además de estar riquísimo, es su presentación dentro de una calabaza 'baby'. Una de sus grandes ventajas es que se prepara de forma muy rápida y sencilla. ¡Anímate a cocinarlo, quedarás de lujo con tus comensales!
Paso a paso: Calabazas rellenas de ensalada de bacón
Rellenamos aquí unas calabazas pequeñas, previamente cocinadas al horno, con una mezcla de verduras, bacón y fiambre de jabalí. ¡Rico, original y muy vistoso!
Paso a paso: Risotto de calabaza con nueces
El risotto es una forma de cocinar el arroz que consigue cremosidad por fuera y dejar el grano al dente. Esta técnica de origen italiano nos lleva conquistando mucho tiempo. Quizás no te salga las primeras veces, pero cuando le pilles el punto ¡se convertirá en un plato habitual de tu recetario! El risotto admite la compañía de todo tipo de ingredientes y sí lleva como fijos el caldo, el queso y la mantequilla.
Paso a paso: Mini calabazas rellenas de ensalada de frutos secos
Usamos aquí de nuevo unas calabacitas de pequeño tamaño, que asaremos al horno, y luego (una vez vaciadas de su pulpa) rellenaremos con una ensalada de frutos secos: avellanas, anacardos, pipas de calabaza y de girasol... El resultado no solo es delicioso, sino que, además, tiene un aspecto de lo más resultón.
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