Evidentemente, a estas alturas, a nadie le coge por sorpresa el fallecimiento de la reina de Inglaterra, su majestad Isabel II, el pasado 8 de septiembre, tras más de 70 años de reinado.
Lo que no todo el mundo sabe es que la reina era una aficionada al vino de un nivel altísimo. Lo que ella misma hubiera denominado como winelover.
Insisto en que no estamos ante un caso normal de una persona que, al tener acceso a las grandes referencias del mundo, descorcha las mejores botellas sin mayor conocimiento e interés, no. Era una gran entendida y lo fue, que conste al menos, desde el día de su boda.
Biondi Santi, Riserva 2013, Brunello di Montalcino, Italia. 535,13 euros.
Fue el 20 de noviembre de 1947 cuando contrajo matrimonio con el príncipe Felipe de de Edimburgo, en la Abadia de Westminster, cuyo posterior banquete incluyó un tinto de clase mundial, pero que en ese momento conocerían muy pocas personas.
Hay que tener en cuenta que el Reino Unido no es un gran productor de vino, por lo que los británicos suelen tener pocos prejuicios con el país de origen de lo seleccionado a descorchar.
Aun así, fue una llamativa elección por poco obvia que, sin duda, los italianos agradecieron.
Estamos ante el gran tinto de esta región a base de la variedad Sangiovese, de cuya etiqueta, el Reserva, solo se han elaborado 40 añadas desde 1888, año de su debut.
No he conseguido encontrar la añada que se sirvió en la celebración, yo aquí os dejo el 2013 por si queréis recrear el momento.
El caso es que a Isabel II le encantaban los vinos italianos, y no solo tintos, también espumosos como los de la trentina bodega Ferrari (nada que ver con el fabricante de deportivos).
En este punto hay que detenerse porque si hablamos de burbujas estas eran sus 5 favoritas. Todo Champagne.
Champagne Bollinger, R.D. 2007, Extra Brut. 229,75 euros.
Bollinger no es que fuera el espumoso favorito de la reina, es que los Bolly (como son conocidos en tierras británicas) llevan siendo proveedor oficial de la casa real desde tiempos de la reina Victoria en 1884, resultando el primer Champagne con esta distinción histórica.
Bueno pues como Isabel II alternaba todas las etiquetas de esta maison, por aquello de darle variedad al asunto, yo os recomiendo mi favorito: R.D. Siglas de recién degollado, en francés Récemment Degorge, que además resulta ser también el predilecto del mejor agente al servicio de su majetad que jamás tuvo: el 007 que responde al nombre de James Bond.
Champagne Krug, Grande Cuvée, Brut, 170 éme Edition. 213,90 euros.
Por supuesto otro proveedor oficial de la casa real es Krug. A la reina le gustaba particularmente el Krug Clos de Mesnil, un monovarietal de Chardonnay que se va, con suma facilidad, en los mercados secundarios a precios de más de 3.500 euros.
Como también consta que disfrutaba mucho de sus 'básicos', aquí os dejamos con el Grande Cuvée que resulta más accesible para emularla.
Champagne Lanson, Extra Age, Brut. 57,90 euros.
Esta filia llama la atención ya que Lanson no es un Champagne de especial poder de convocatoria para los iniciados.
Lleva siendo proveedor oficial desde el año 1900, yo aquí vengo con el Extra Age que se compone de una mezcla de 3 añadas (2002, 2004 y 2005). Lo bueno que tiene esta elección es que sí que es realmente asequible y más teniendo en cuenta de dónde venimos y lo que nos queda por comentar.
Champagne Pol Roger, Sir Winston Churchill, 2012. 224,44 euros.
Esta cuvée no solo era una de las predilectas de la reina, es que es uno de los vinos más deseados del planeta.
Se da la paradoja de que su nombre obedece al famoso político, e íntimo de la propiedad Pol Roger, Sir Winston Churchill, pero como homenaje. El nunca lo pudo disfrutar, al menos bajo esta etiqueta, ya que su primera añada, la 1975, es con él ya fallecido en 1965, justo 10 años más tarde. Sí pudo hacerlo Isabel II y ahora, cualquiera de nosotros.
Champagne Veuve Clicquot, La Grande Dame, 2012. 218,90 euros.
Era de esperar que de tener algún interés Isabel II en un Veuve Clicquot lo fuera de su etiqueta de prestigio de nombre tan evocador como ¨La Grande Dame”.
Uno de los mejores vinos que he bebido en mi vida, es una añada 85 de esta referencia o sea que le alabo el gusto a su majestad.
Y no puedo acabar este sparkling flight sin comentar que la reina se animó hasta a lanzar su propio espumoso, claro está inglés, para celebrar sus 70 años de reinado.
Este espumoso, llamado Buckingham Palace Sparkling Wine, con un canónico ensamblaje champenoise (Chardonnay, Meunier y Pinot Noir) se lanzó a un precio de 39 libras destinándose todos los beneficios a fines solidarios.
Después de tanta burbuja, ahora vamos con un tinto de Burdeos, que no dejaba de incluir en sus recepciones oficiales a poco que se terciara.
Château Haut-Brion, 2017, AOC Pessac Leognan, Burdeos. 835 euros.
El vino más prestigioso de su región a base de Cabernet Sauvignon, Merlot y Cabernet Franc es un vino contundente, de aroma ahumado, cárnico, que realmente mejora cualquier comida, hasta la inglesa.
Y ya vamos con el hat trick final, en este caso de vinos especiales, donde van a aparecer su vino español favorito y su preferencia absoluta sobre todas. Empecemos en Oporto.
Grahams, Colheita 1994, Porto. 118,10 euros.
Aunque solo es proveedor oficial de la casa real inglesa desde 2017, lo de Isabel II con esta bodega de Oporto era devoción, sobre todo de sus colheitas de dulzor más matizado.
De los favoritos de cualquiera.
Llegó el turno de su referencia española preferida, como no podía ser de otra manera se trata de un Jerez.
Harveys, Very Old Amontillado, VORS. 65 euros.
Harveys era otra de las debilidades de la reina, a tal punto que fue ella la que más se empeñó para que en 1969 consiguieran el sello acreditativo de proveedor oficial.
Este amontillado de vinos de vejez mínima de 30 años (VORS) y de solera datada en 1940, también se alzó con la distinción de mejor amontillado del mercado por la International Wine Challenge.
Vamos que el Reino Unido es tierra conquistada para Harveys.
Y cierro con el absoluto favorito de su majestad. Volvemos al dulce, en concreto al mejor vino dulce blanco del planeta: Château d´Yquem.
Château d´Yquem, 2019, Sauternes, Burdeos. 475 euros.
A alguno le sonará porque, efectivamente, un 1806 fue el protagonista del, por ahora, robo del siglo en el mundo del vino, que no es otro que el acaecido en Atrio el pasado año.
Sí, un 1806 se valora en más de 300.000 euros, y reconociendo que la gracia de estos vinos es beberlos con muchos años, yo voy a recomendar el último a la venta y ya que cada uno decida si guarda o bebe.