Hay historias que merecen la pena ser contadas. Por mucho que en España nos jactemos de tener un producto único como es el cordero lechal asado -que lo es-, emblema sobre todo de la cocina de Castilla y León, hay otros que pueden tener un hueco en nuestras mesas, por muy diferentes que sean. Y eso le sucede al cordero neozelandés, que preparan listo para comer y llevar en Pedro's House of Lamb... pero empecemos por el principio.
Pedro's House of Lamb fue el mejor restaurante de cocina española en Nueva Zelanda.
Un restaurante único en Nueva Zelanda
Esta historia tiene sus orígenes en uno de los restaurantes españoles más famosos que hubo en Nueva Zelanda, detrás del cual estaba Pedro Carazo, un hombre que emigró hasta tierras tan lejanas porque su mujer era de allá y se convirtió en el mejor embajador de la gastronomía española. Era el tío de Esther e Iñaki, actuales promotores junto al marido de la primera, Fernando, del proyecto traido a España para distribuir las famosas paletillas asadas que se cocinaban en 'la casa madre'.
Pedro Carazo fue un español que emigró con su mujer a Nueva Zelanda para montar un restaurante que se convirtió en un gran éxito.
Fernando Castillo se dedica al mundo de Recursos Humanos y Esther trabaja para una Multinacional pero se unieron con Iñaki, que es el experto cocinero, para replicar el negocio en nuestro país. "Siempre estamos en la tienda los fines de semana, uno u otro se pasa. Tenemos un equipo de 3 personas súper jóvenes, universitarios, maravillosos que, después de la formación, ya vuelan solos pero sí que en algún momento nos pasamos por allí a lo largo del día para echar una mano si es necesario, sobre todo en los días clave que es cuando hay más trabajo. Al inicio sí estábamos permanentemente para aprender todo el negocio, incluso hacíamos de ‘riders’, con nuestra gorra y nuestra camiseta …".
Nos cuenta Esther que "el restaurante de mi tío estuvo en activo en Nueva Zelanda hasta 2011 que fue cuando hubo dos terremotos en la ciudad, uno de ellos absolutamente devastador. Todo quedó destruido incluido el restaurante. Mi hermano y mi tío también perdieron la casa y un primo mío, hijo de mi tío, falleció porque estaba dando clases en un edificio que se derrumbó".
Uno de los platos estrella del restaurante era la paletilla asada con patatas panadera.
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Prosigue Esther "a parte de las perdidas personales y materiales, para mi tío Pedro, perder el restaurante fue tremendo porque era toda su vida. Uno de los platos más famosos de la carta era la paletilla de cordero neozelandés pero cocinada como la hacía mi abuela y como la sigue haciendo mi madre en España. Tenían muchísimas paletillas congeladas en otro local fuera del restaurante, que sí pudieron salvar".
Como no había casi ningún edificio en pie, varios negocios de la ciudad decicidieron usar contenedores de barco para seguir ejerciendo parte de su actividad .Y así arrancó el proyecto de cocinar paletillas asadas para que los neozelandeses fueran a recogerlas y comerlas en sus casas -o lo que quedaba de ellas-. Primero lo hicieron para los amigos pero después montaron los hornos y las cocinas y, como ya gozaron de gran éxito con el restaurante, en los periódicos se empezó a publicar 'la reinvención de Pedro' y las ventas del producto alcanzaron unas cifras muy elevadas, subieron como la espuma y abrieron otras filiales en diferentes lugares del país.
Cómo llega Pedro's House of Lamb a España
Pedro murió hace un par de años y siempre tuvo en la cabeza la idea de exportar esta fórmula a su país natal, España. Y ahí es cuando entran en escena Esther, Iñaki y Fernando para poder materializar el sueño de su tío, en octubre de 2020. "Gracias a Fernando, que es el que lo vio desde el primer momento, nos empujó a mi hermano y a mi para hacerlo los 3 juntos y traerlo a Madrid. Cogimos un local pequeño en Majadahonda, montamos los hornos, que son los mismos que tienen en Nueva Zelanda, para que todo fuera exactamente igual, y nos pusimos a cocinar las paletillas tanto para recoger como para delivery", apunta Esther.
En octubre de 2020, abre sus puertas Pedro's House of Lamb en Madrid con servicio de take away y delivery.
Fernando es quien nos dice que la pandemia "no fue el motivo principal de abrirlo en ese momento porque estaba pensado desde el 2018. Es un tema realizado con mucho cariño y no queríamos hacerlo de una forma rápida. Hasta que no encontramos el local adecuado, en Majadahonda, en una zona muy conocida en la que hay otros negocios de hostelería por donde pasa mucha gente. Dio la casualidad de que fue en mitad de la pandemia. Pero es que este proyecto, surgido en 2012, ya nació concebido para el delivery y take away. Y es cierto que nos ayudó mucho la pandemia porque otros asadores o restaurantes en ese momento se tuvieron que reinventar pero no era su objetivo y aunque continúan haciéndolo es una pequeña parte de sus ventas. Nuestro negocio es única y exclusivamente para recoger y para llevar a domicilio".
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La idea ahora, dado el éxito de este modelo, es abrir franquicias en otros lugares de España e, incluso, de Europa, pero 'a futuro'.
Cordero asado para comer en casa
Ahora interviene Fernando para contarnos "tenemos en la carta la paletilla de cordero con las patatas panadera, 2 ensaladas y unos postres recién incorporados. Está listo para comer en casa. Lo presentamos en unas bandejas que conservan el calor, con una tapa, con un papel desengrasante debajo y va dentro de una caja. Está todo muy pensado. Cuando llegas a casa lo puedes comer directamente y si, por lo que sea, se ha enfriado un poco, le puedes dar un golpe de calor rápido siguiendo las instrucciones que van incluidas con el producto".
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La paletilla de cordero se presenta en una caja con sus patatas panadera, listo para llevar o pedir.
"Nuestra intención desde el primer momento era hacer una réplica exacta de lo que hacían mi tío y mi hermano en Nueva Zelanda… desde la decoración de la tienda, pasando por los hornos –que son eléctricos- y hasta la forma de cocinar el producto, todo es igual. Queríamos traer a España el mismo modelo de negocio", afirma Esther.
La cocinan a baja temperatura, por la noche, y eso hace que la carne resulte súper tierna, se deshace hasta el punto de que casi no hace falta ni cuchillo para cortarla, es muy suave y con apenas grasa… Por eso, una paletilla neozelandesa es perfecta para 3 personas, con sus patatas panadera incluidas. Los ingredientes que lleva, además del cordero, son sal, romero, ajo, agua y aceite de oliva virgen extra.
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Diferencias entre nuestro cordero lechal y el de Nueva Zelanda
Ellos no pretenden competir con el lechal porque, dicen, el neozelandés es diferente. Nos cuentan que "en Nueva Zelanda no se pueden sacrificar lechales, sino que se hace cuando llevan unos meses comiendo pasto. Concretamente a las 6-7 semanas, en lugar de a las 4 como el lechal. Lo hacen también por razones ecológicas pues tienen que comer al menos 2 semanas de hierba, nada de pienso. Tampoco es recental –que se sacrifica con 4 meses- sino simplemente un poco más grande. El sabor es bastante peculiar al comer solo pasto, es muy suave, la carne se deshace en la boca y es muy diferente".
La receta se elabora con paletilla de cordero neozelandés asada con sal, ajo, romero, agua y aceite de oliva virgen extra.
Añaden que "uno de los principales mayoristas de cordero en Nueva Zelanda es Taylor Preston, que es quien siempre suministró a mi tío de toda la vida, y que también suministra a una empresa cárnica de exportación e importación de todo tipo de carnes que hay en Valencia, Carnes Félix, cuyo dueño era íntimo amigo de Pedro. Él es el que lo trae congelado y lo vende a otros sitios, además de a nosotros".
Una paletilla de lechal cruda pesa en torno a 700 y cocinada en torno a 600 y la que cocinan en Pedro's House of Lamb, al ser un poco más grande, pesa alrededor de 1 kilo y cocinada alcanza los 900 gramos. De ahí que por lo general, la de lechal sea para 1 ó 2 personas y la neozelandesa esté pensada para 3 comensales.
Cómo, dónde comprarla y qué precio tiene la paletilla neozelandesa
Su local de Majahonda abre los fines de semana y los festivos. De lunes a jueves se encargan de descongelar el producto y marinarlo y los viernes es cuando lo asan. Venden unas 50/60 paletillas, salvo en días especiales como Navidades, día de la madre, del padre o de los enamorados, que llegan a 200 unidades. Se hace todo previo encargo aunque siempre guardan un remanente para los que llegan a última hora y el delivery se gestiona por la aplicación de móvil Macarfi.
Terminamos con un deseo de Esther que nos dice "le debo mucho a mi tío. De hecho yo estuve un tiempo fregando platos y sirviendo mesas en su restaurante. Pero es que, además, fue uno de los mejores embajadores de la gastronomía española allí. Le dieron la medalla al mérito del trabajo. Yo soy una enamorada de Nueva Zelanda y siempre he pensado que es una maravillosa oportunidad para vender ese increíble país en España. Me gustaría hacer un poco de embajadora entre los dos países como en su día lo hizo mi tío allí con España y, de alguna forma, cerrar el círculo. Hay un paso en mente que a lo mejor termina dándose que es llevar allí nuestro cordero lechal pero hay que ver si la ley nos lo permite por el tema del sacrificio. Y nosotros aquí seguro que lo hacemos, con nuestro cordero, pero sin perder la esencia que nació en Nueva Zelanda".