No vamos a negarlo. Comer de manera saludable y seguir unas pautas de alimentación adecuadas, requiere ciertas renuncias. Cierto es que comer sano no es en absoluto sinónimo de aburrido; derribemos de una vez y para siempre ese mito. Pero no obviaremos que el componente ‘fuerza de voluntad’ en ocasiones debe hacer aparición cuando nos entra el gusanillo (cuántas veces, por ejemplo, a media mañana, preferiríamos comer un donut a una manzana…). La buena noticia es que, en este sentido, sí que existen algunas pautas que podemos seguir y que van a ayudarnos a tener más controlada la sensación de saciedad, de manera que el hambre tarde más en aparecer (y, con ello, si así lo deseamos, ayudarnos a perder grasa acumulada).
Estos son los consejos que, a propósito de esta cuestión, nos ofrecen desde MyREalFood (aplicación dedicada a ayudar a conseguir un mejor estilo de vida mediante la 'comida real'). Toma nota porque lo cierto es que estos tips pueden ser muy eficaces.
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Versiones integrales de los alimentos
Una buena idea consiste en consumir pastas, arroces o panes en sus versiones integrales. Como ya os hemos contado más de una vez, estas versiones resultan no solo mucho más interesantes a nivel nutricional (los granos enteros aportan un alto contenido en fibra, vitaminas del grupo B y E, minerales como el magnesio…), sino que además, se absorben de forma más lenta y producen una sensación de saciedad mayor prolongada en el tiempo.
Fruta entera en vez de zumos
Al consumir zumos, perdemos toda la matriz del alimento y el azúcar naturalmente presente en la fruta se absorbe muy rápidamente, produciendo picos de azúcar en sangre, lo cual nos hará sentir hambre muy pronto. La fruta entera, en cambio, mantiene su matriz original y se digiere más lento, aumentando así la saciedad.
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Si consumes lácteos, mejor enteros que desnatados
Además de ser más ricos en nutrientes como vitaminas liposolubles, la grasa láctea es saludable (lejos quedan ya aquellas recomendaciones que ‘demonizaban’ la grasa de los lácteos) y nos aportarán mayor saciedad.
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Incluye grasas saludables en las comidas
Las grasas saludables tienen un gran efecto saciante, ya que ralentizan el vaciado gástrico, además de ser muy interesantes a nivel nutricional. Algunos ejemplos son el aceite de oliva virgen extra, pescado azul, frutos secos o aguacate.
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Come despacio y mastica bien
Los mecanismos de saciedad del organismo no se ponen en marcha hasta pasados unos 20 minutos desde que empezamos a comer. Si comes deprisa te va a ser más difícil sentir que estás saciado a tiempo y es más probable que comas más de lo que realmente necesitas. Para conseguirlo, un buen tip es tratar de masticar más veces (indirectamente hará que comamos más despacio y, además, ayudará a mejorar la digestión).
Evita distracciones
Las pantallas distraen y ocasionan la pérdida de la noción de lo que estamos comiendo. Hay que poner atención plena mientras se come, nos hace ser más conscientes mientras disfrutamos y, además, nos ayuda a identificar las señales de saciedad.
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