Cuando cruzas la puerta de Bareto sientes Madrid. Sientes esas cervecerías y bares de toda la vida con barras de mármol alrededor de las cuales uno siempre se sentía feliz, a gusto. Esos bares donde el camarero, según te veía entrar por la puerta, te servía una caña bien fría. Sabía lo que querías o necesitabas en ese momento, ¡qué oficio el de camarero y cuánta psicología exige!
Bareto es eso que hemos echado tanto de menos en Madrid y en media España durante estos difíciles tiempos de pandemia. Ese bar al que entras a tomarte una caña un sábado a medio día y, sin darte cuenta, casi sales el domingo. Un lugar de encuentro con los amigos, el del tomar el aperitivo con tus padres, el de la caña de después del trabajo, el de un picoteo a media mañana, a media tarde o en la cena...
Se ha optado por recuperar materiales como los azulejos vidriados, el acero inoxidable, la barra en forma de "U" de mármol blanco de Macael.
Situado en el número 55 de la madrileña calle de Alcalá, junto a la plaza de Cibeles y a un paso de la icónica Puerta de Alcalá, dentro del Paisaje de la Luz -recientemente nombrado Patrimonio Mundial de la Unesco-, ocupa el lugar de la mítica cervecería de Correos que, desde 1920 hasta los años 60, reunió a políticos, artistas o escritores de la talla de Alberti, Lorca, Miguel Hernández, Neruda o Antonio Machado. Podríamos decir que allí, posiblemente, se inventara algo parecido a lo que hoy llamamos afterwork.
Su nombre es una declaración de intenciones.
COMIDA Y BEBIDA A PRECIOS RAZONABLES
Su horario se ha adaptado a la esencia de Madrid, la ciudad que nunca para, y va desde las 9 de la mañana a las 2 de la madrugada y su oferta líquida se basa en unas cañas muy frías y muy bien tiradas servidas por camareros uniformados como los de antes, vermús de grifo y chatos de vino. Para comer hay tapas, pinchos y raciones, todo sin pretensiones pero con muy buen producto porque, lo sencillo y rico siempre funciona. En las comandas se gritan -también como antaño- los torreznos, las patatas bravas receta de Madrid, el montado de chipirones a la andaluza o el de ternera asada, los flamenquines, la ensaladilla rusa o el matrimonio de anchoa y boquerón entre otros. No falta el laterío ni las chacinas de calidad y, para los más sibaritas, las ostras Gillardeau nº5. De postre, se suman a la moda de la tarta de queso. Todo a precios muy razonables teniendo en cuenta la calidad del producto, el servicio y la ubicación.
No podía faltar un bocado tan castizo como esta versión del bocata de calamares.
Además, cuenta con una terraza con tarima de madera, mesas altas y bajas, con vistas, a la derecha, de la Puerta de Alcalá, y a la izquierda Cibeles, Casa América y Banco de España.
¿Quién está detrás de Bareto?
Bareto nace gracias al tándem que forman los hermanos Kike y Curro Sánchez del Amo del Grupo Barbillón (Barbillón Oyster Bar, Panorama Oyster Bar y Tinglado Oyster Bar) y el empresario hostelero Nacho Horcajada que suma su know how en conceptos de éxito en esta zona como Barra y Mantel, Bar Carallo y Nómada mientras que la decoración lleva la firma de la interiorista Alejandra Pombo. Juntos han creado este formato democrático y versátil, que se adapta a los gustos de todo tipo de público.
Los torreznos son un must.
En breve, Bareto nos dará alguna que otra sorpresa: una casa de comidas de las de siempre a la que, también, todos querremos ir.