En un mundo absolutamente cambiante parece casi un milagro dar con algo que se haga hoy exactamente igual que hace más de 900 años… Pues bien; esto es lo que ocurre con uno de los quesos más ricos de Suiza (y del mundo): el famoso Gruyère. Hablamos, claro, del de verdad. Del que se elabora en el distrito que le da nombre, en el cantón de Friburgo, bajo las estrictas condiciones y criterios de control impuestas por su Denominación de Origen (AOP, en sus siglas en francés). Leche cruda de vaca, sal y cuajo. Estos son sus únicos ingredientes, trabajados por lo maestros queseros suizos según la tradición secular de hace nueve siglos.
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Ni más ni menos que hasta el año 1115 tenemos que remontarnos para encontrar la primera mención escrita referida a la producción de ‘grandes moldes de queso de pasta prensada cocida’. Fue en un documento firmado por el Conde Guillermo I de Gruyère en el siglo XII. Con el tiempo llegarían las exportaciones de estas magníficas ‘ruedas’ de queso, muy apreciadas, por ejemplo, por la corte del Rey Luis XIV.
Hoy día el Gruyère (Le Gruyère AOP, en su denominación correcta) continúa siendo uno de los quesos más apreciados de nivel internacional, tanto por la crítica -los premios de concursos especializados abundan en sus vitrinas-, como por los cheese lovers de todo el mundo.
Ya sea en su variante ‘Clásica’ (cuyo proceso de curación oscila entre 5 y 9 meses) o ‘Reserva’ (con moldes especialmente seleccionados y una curación de, al menos, 10 meses), este queso resulta una verdadera delicia: aromas sutiles, sabor afrutado y agradable textura fina y suave que, por cierto, no presenta agujeros. O, al menos, no tan grandes como los que sí caracteriza a otro de los quesos suizos más conocidos, el Emmentaler AOP.
Y es que, afectivamente, a pesar del mito, el queso Gruyère no tiene el aspecto que a veces imaginamos; cierto es que puede llegar a presentar pequeños orificios pero, en cualquier caso, son dispersos y nunca más grandes que un pequeño guisante.
GRUYÈRE EN LA COCINA
Lo que, sin duda, sí presenta este queso es una grandísima versatilidad culinaria. Además de su consumo, simplemente cortado y dispuesto, por ejemplo, en una rica tabla de quesos (acompañado por uvas, nueces, frutas secas, un poquito de pan…), también puede ser ingrediente de las recetas más dispares: ensaladas, platos cocinados a fuego lento, tartas y pasteles salados al horno, pastas, aperitivos…
Buena muestra de ello la encontramos en estas deliciosas recetas que os mostramos a continuación, pequeño ejemplo de dicha versatilidad. Si te gusta el queso tanto como a nosotros te animamos a que les eches un vistazo (para acceder al modo de elaboración solo tienes que hacer click sobre el nombre de cada receta).
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Paso a paso: Pastel de espinacas y queso Gruyère con salsa de cúrcuma
Los pasteles de verduras al horno son una opción socorrida, deliciosa y perfecta para incluir vegetales en la dieta de una forma diferente de cuando en cuando. A éste le vamos a añadir queso suizo Gruyére y lo vamos a acompañar con una sabrosa salsa de yogur con un toque de cúrcula, cilantro y comino.
Paso a paso: Linguini con pesto de albahaca y queso Gruyère
Los linguini (linguine, en plural) son un tipo de pasta alargada similar a los espaguetis, con origen en la región italiana de Liguria. Aquí vamos a acompañarlos unos tomates, un poco de nuez picada y una salsa pesto versionada (sin piñones y donde el tradicional Parmesano se sustituye por queso Gruyère).
Paso a paso: Ensalada de calabacines y queso Gruyère
Si estás buscando ideas para preparar una ensalada diferente 'a lo de siempre', quizá ésta te sirva de inspiración. Como ingrediente principal usaremos unos calabacines, laminados de forma longitudinal (puedes servirte para ello de una mandolina), aliñados con una rica vinagreta de ajo y chalota, y acompañados con unos bastones de queso Le Gruyère y unas 'chips' de jamón serrano.
Paso a paso: Bizcocho de aceitunas y queso Gruyère
La palabra bizcocho nos remite, irremediablemente, al mundo dulce. Sin embargo, también podemos utilizar los moldes típicos de estos postres para hornear versiones saladas. En este caso vamos a preparar un bizcocho con ingredientes como aceitunas, jamón y queso suizo 'Le Grurère'. Riquísimo y diferente.
Paso a paso: Tarta de Gruyère con dos tomates
La masa quebrada es ideal para preparar pasteles y tartas al horno, tanto dulces como salados (las tradiciones quiches, por ejemplo). Aquí vamos a emplear dos ingredientes básicos (queso, en este caso, Gruyère) y tomates (en dos variedades, italianos alargados y cherry) para elaborar esta rica tarta que tendrás lista en un abrir y cerrar de ojos y que gustará a toda la familia.
Paso a paso: Pollo gratinado con queso Gruyère y puré de polenta
Una versión del tradicional 'pollo alla cacciatora' italiano (pollo a la cazadora) donde no suelen faltar ingredientes como el vino o los tomates. Un guiso muy sabroso al que aquí añadiremos un toque de queso, y que acompañaremos con un puré suave de polenta.
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