Da igual cuánto hayamos comido en los banquetes navideños, que siempre (¡siempre!) queda un huequito para el disfrutar del tradicional Roscón de Reyes. Algo así como la ‘traca final’ encargada de cerrar los excesos gastro de Navidad. Prácticamente no hay hogar en España donde, cada 6 de enero, falte este postre cargado de tradición a la hora del desayuno, ya sea al natural, o relleno con alguna crema o nata…
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Es por ello que la enorme demanda de roscones en estas fechas hace que no todos los que nos encontramos esté elaborados bajo los criterios de calidad de lo que debe ser un buen roscón de Reyes. Es por ello que hoy hemos querido invitar a ¡Hola! Cocina a Moncho López (al frente de las pastelerías madrileñas Levaduramadre, cuyos roscones llegaron el año pasado a más de 20.000 hogares) para que nos dé algunas claves básicas de cara a reconocer un roscón de calidad artesano frente a uno industrial:
Moncho López, alma mater de las panaderías y pastelerías Levaduramadre
El peso
Los roscones industriales, al llevar más levadura y gasificantes, suelen estar muy hinchados. Presentan un gran volumen y poco peso (algo que a simple vista no se aprecia). Un roscón artesanal del mismo tamaño suele pesar el doble. Ocurre lo mismo que con los panes de calidad, cuyo peso suele ser mayor.
La uniformidad
Cada roscón artesano es único y diferente. Unos son más redondos, otros más alargados... Cuando se mecaniza el proceso, encontraremos dulces exactamente iguales, indicativo clarísimo de que se trata de un roscón industrial.
La decoración
Lo más caro son los ingredientes, especialmente, los que usamos para decorar: buenas almendras, frutas escarchadas, azúcar… De ahí que el roscón industrial suela ser más pobre en este tipo de productos. A mejor roscón, más profusión de elementos decorativos de calidad.
Los roscones artesanos suelen presentar una decoración abundante en frutas y frutos secos de calidad
La durabilidad
El roscón artesano tiene fecha de caducidad a corto plazo (uno o dos días) en contraposición al industrial que, al llevar gran cantidad de conservantes, colorantes y estabilizantes aguanta mucho más.
La nata
Son muchas las personas que eligen el roscón relleno de nata. Y aquí también hay enormes diferencias. “Nosotros empleamos nata con 38% de materia grasa, que se monta con azúcar glas y se añade cuando el roscón está ya frío. Pero en el caso industrial se sustituye por otros preparados”, explica Moncho.
Esta cuestión de las natas ‘de verdad’ llega a tal punto que incluso el Ministerio de Consumo publicaba esta Navidad en sus redes sociales una infografía para identificar correctamente los auténticos roscones de nata, frente a los que emplean ‘mix de grasas vegetales’. Aquí debajo puedes consultarla:
Infografía publicada por el Ministerio de Consumo en relación a los roscones de nata y su autenticidad
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