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Hay fechas que tienen su plato o dulce típico. Y cada año, cuando llega el Día de Todos los Santos, hay varios postres que no pueden faltar. Y los dos más representativos son, sin duda, los buñuelos de viento y los huesos de santo. No renegamos de las aportaciones gastronómicas de Halloween, pero reivindicamos nuestras tradiciones y nos gusta mantenerlas.
Nos encanta ver los escaparates de nuestras pastelerías repletos de esos buñuelos y esos huesos con los que rendimos un dulce homenaje a nuestros difuntos. Se cree que, concretamente, la tradición de los huesos de santo nació en Madrid, aunque se extendió a toda España y el uso de la almendra tiene su fundamento en que en fechas anteriores al día 1 de noviembre suelen finalizar las labores de recolección de la almendra, por lo que hay gran cantidad disponible de ellas.
No te vamos a engañar y es cierto que necesitas un poquito de tiempo para hacerlos y otro tanto para que reposen y cojan cuerpo. Así que relájate, pon un poco de música, hazte con un delantal, sírvete tu bebida preferida ¡y manos a la obra! Te aseguramos que, si sigues el paso a paso de estas 3 recetas, vas a lograr unos huesos de santo caseros deliciosos, con los que agasajar a tus invitados durante estos días festivos.
El relleno más tradicional de estos 'tubitos' de mazapán es el de yema de huevo, cuya elaboración también te mostramos. Aunque hoy en día, la creatividad no tiene límites y puedes encontrar huesos de santo con el interior de galletas oreo, crema mascarpone y café, mantequilla de cacahuete, trufa y un largo etcétera. Incluso, en muchos lugares, se incorporan colorantes alimentarios a la pasta de mazapán para hacerlos más vistosos como los que ves en la imagen.
No te pierdas: Haz buñuelos como en una de las pastelerías más emblemáticas de Madrid
Como casi todos los dulces que se elaboran con mazapán, su origen es muy antiguo, quizás árabe, y Francisco Martínez Montiño, cocinero y escritor español del Siglo de Oro ya los menciona en su libro Arte de cocina, pastelería, bizcochería y conservería, en 1611, ya ha llovido...
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