anis 150 home© Anís del Mono

Salmón, jamón ibérico, croquetas, foie... ¿con anís? Sí y además te sorprenderás


Actualizado 18 de octubre de 2021 - 14:27 CEST
© Anís del Mono

Es uno de los productos más emblemáticos en España. Forma parte de nuestro imaginario popular. Generaciones de españoles han visto en sus hogares la mítica botella de Anís del Mono. Y ahora, la marca cumple, nada más y nada menos, 150 años de historia. Una bebida que se disfruta en copa, mezclada con café, como parte de cócteles y también de una gran cantidad de sorprendentes platos tanto dulces como salados.

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© Anís del Mono

Un poco de historia

Hemos estado en Badalona, la ciudad barcelonesa donde nació este popular licor, visitando su fábrica modernista, de gran valor artístico y patrimonial, que sigue en pleno funcionamiento con sus alambiques destilando a diario -y que se puede visitar con cita previa el tercer domingo de cada mes-.

Fundada por la familia Bosch, y desde 1973 propiedad de Osborne, allí llevan elaborando Anís del Mono desde 1870. Fue Vicente Bosch quien dio el gran impulso a la marca y se quedó con uno de los monos que le enviaron desde América, seña de identidad de su etiqueta y quien dio nombre a su anís. El mismo mono que está esculpido en bronce en el paseo marítimo de Badalona, pegado a la fábrica, y que ya es uno de los iconos de la ciudad.

© Anís el Mono

La historia que inspiró su inconfudible botella fue bastante más romántica. El fundador buscaba un regalo especial para su mujer y fue en la plaza Vendôme de París donde encontró un perfume que venía en un frasco adiamantado de vidrio y que es el origen de la clásica botella de Anís del Mono.

Son famosas sus etiquetas y los carteles de los concursos que el propio Vicente convocó, cuya primera edición ganó el artista Ramón Casas. También Juan Gris o Picasso se inspiraron en la marca para hacer algunas de sus obras. En 1913, Anís del Mono tuvo su primer cartel luminoso en la puerta del Sol.

© Anís del Mono

¿Cómo se hace el Anís del Mono?

Sorprendentemente, solo lleva 3 ingredientes: alcohol, un jarabe elaborado con agua filtrada y azúcar y, la clave, el aceite esencial de matalahúva, que se destila en los alambiques de cobre originales y del que solo se ponen unas pocas gotas debido a su alta concentración. También se le añaden hierbas aromáticas como el anís estrellado o el regaliz para potenciar su sabor.

Para obtener un vasito de aceite esencial, se necesitan 1.100 kilos de matalahúva y con él se elaboran 20 botellas de Anís del Mono. Nos cuentan desde la fábrica que cada año hacen entre 3,5 y 4 millones de botellas y que es un producto cuyo consumo ha experimentado un notable repunte en el último año, sobre todo durante el confinamiento debido a su uso en la elaboración de postres.

© Anís del Mono

150 aniversario de Anís del Mono

La marca está de enhorabuena porque cumple su 150 aniversario y, para conmemorarlo, han sacado al mercado una edición limitada de lujo de 3.000 botellas. Recrea la receta original elaborada por el fundador Vicente Bosch y su botella está inspirada en la arquitectura modernista del siglo XIX. Sus líneas sinuosas crean formas decorativas que evocan el movimiento del agua y es una auténtica joya de coleccionista. Viene en un precioso estuche, con el diseño de 'La Manola', de Ramón Casas en su interior.

Este anís está elaborado con una selección exclusiva de matalahúva, con una posterior doble destilación en los mencionados alambiques de cobre originales para purificar al máximo los aceites esenciales obtenidos.

Estará disponible en tiendas especializadas, el club del Gourmet del El Corte Inglés y en la tienda online de Osborne

© Anís el Mono

Cocinar con anís, y no solo postres, es posible

Además de degustarlo solo o como ingrediente de algunos cócteles -¡qué delicia 'el mono limón', con limonada, hielo pilé y un poco del dulce licor-, el anís es un ingrediente que se utiliza para darle un toque de aroma y sabor a multitud de platos. Lo conocíamos como parte de numerosos postres -buñuelos, crema pastelera, torrijas, rosquillas...-, pero nos quedamos sorprendidos con las propuestas saladas que preparó el cocinero Miquel Antoja, natural de Badalona, para celebrar el 150 aniversario de Anís del Mono.

"He crecido con Anís del Mono desde siempre y por eso, para mi ha sido muy natural introducirlo en mis recetas. Un brioche, una coca, unos buñuelos... pero también en otro tipo de opciones, como croquetas, tartares de carne o de pescado, la masa de una focaccia, el foie... Es un licor muy polivalente, que aporta un toque especial a muchas creaciones. Y para mi, es un orgullo que Anís del Mono sea de Badalona, y que cada vez más gente lo use en la cocina, en repostería por supuesto, pero también en recetas saladas. El sabor diferencial que aporta es espectacular",  nos cuenta Antoja.

Nos fascinan sus croquetas de pollo rustido, la focaccia de jamón ibérico, el bombón de foie, el tartar de salmón marinado, el lemon pie o la crema de chocolate con aceite y sal... todos ellos, por supuesto, con un toque de anís.

Le hemos pedido que nos de dos de ellas, la del tartar de salmón y la del lemon pie y aquí te las traemos para que compruebes por ti misma lo bien que funciona este ingrediente en algunos plato.

© Anís del Mono

Paso a paso: tartar de salmón marinado con sake, soja, mirin y anís

Nunca habíamos probado añadir anís a un marinado y nos encanta la propuesta. Echándole el toque justo, equilibra todos los demás sabores aportando un matiz ligeramente dulce y seco.

© Anís del Mono

Paso a paso: lemon pie con gelatina de anís

Nos encanta esta versión de Miquel Antoja del famoso pastel de limón o lemon pie, al que le añade una gelatina elaborada con anís dulce.