Nos encanta sacarle partido y rendimiento a las fresas a través de las más variadas recetas. Y nos gusta incorporar este fruto rojo en nuestra dieta por su gran cantidad de propiedades saludables. Hoy volvemos a traerte esta fruta, pero en lugar de cocinar con ella o glosarte sus múltiples beneficios nutricionales, queremos compartir contigo varios trucos y consejos para sacarles todo el partido: cómo enriquecerlas, diferentes formas de potenciar su sabor, la mejor manera de conservarlas, el correcto modo de lavarlas, etc.
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Cuando compres fresas...
Fíjte siempre en que estén muy frescas, con su rabito o pedúnculo y en su punto justo de maduración, enteras, sin magulladuras, cortes o golpes. Elige las fresas brillantes, tersas y aromáticas. Compra solo las que vayas a consumir para que no se echen a perder y evita aquellas con zonas verdes, tonos o pálidos o rojo oscuro. Aunque si te pasas, siempre tienes el recurso de convertirlas en compotas o mermeladas.
Cómo conservar las fresas
Si hay alguna fresa que esté más pasada, no la guardes junto al resto para evitar que se estropee el resto. Guárdalas en la nevera, máximo 4-5 días, y sácalas un rato antes de comerlas que es cuando se lavan -nunca antes-, se secan y se les quita el rabito verde. Lo ideal es que no pongas nada encima -o como mucho papel film ajugereado para protegerlas-, y las coloques en una fuente amplia para que no se amontonen -un papel de cocina por debajo contribuirá a secar un exceso de humedad-. Se pueden congelar, troceadas y metidas en bolsitas y aguantan unos 6 meses como máximo. Pero ten en cuenta que al descongelarlas, estarán más blandas y oscuras que las fresas frescas.
LEER MÁS: 11 postres increíbles para 'fresa lovers'
Acompañamientos de las fresas
Las fresas, tanto en dulce como en salado, son buenas compañeras de numerosos ingredientes. En forma de postres, ya sabes que le van bien desde la clásica nata montada o chocolate fundido, pasando por la miel, el yogur o el dulce de leche, hasta el requesón o el helado, el zumo de naranja, la leche condensada, etc.
Cómo potenciar el sabor de las fresas
Hay varias formas de potenciar su sabor y su aroma. Uno de ellos es macerarlas previamente con azúcar y o bien un poco de zumo de naranja o unas gotitas de vinagre balsámico o bien un chorrito de vino. Lávalas, sécalas, quítales el rabito, córtalas en trozos, échales por encima los ingredientes elegidos y deja que maceren en la nevera unas pocas horas antes de comerlas. También le va de maravilla a esta fruta unos toques de pimienta a esta fruta -especialmente si son muy ácidas porque potencia su dulzor-, la vainilla o hierbas aromáticas frescas picaditas.
LEER MÁS: Fresas: cómo sacarles todo el partido en la cocina
Ideas para cocinar con fresas
Hay platos súper socorridos con fresas, sobre todo postres, como batidos y helados o tartas y pasteles, además de macedonias. A nosotros nos encantan pinchadas en brochetas y recubiertas con chocolate. También nos parecen deliciosas en ensaladas o cocinadas a la plancha o asadas en el horno -con sal, pimienta, hierbas aromáticas y un pelín de aceite- como guarnición de carnes y pescados. Y nos fascinan congeladas para enfriar cócteles o sangrías o para hacer refrescantes granizados.