¿Verdura o legumbre? Es una de las preguntas más comunes cuando hablamos de los ricos guisantes. Y la respuesta más sencilla sería, como en la famosa canción, ‘Depende’. Es cierto que las semillas extraídas de las vainas de las leguminosas reciben el nombre de legumbres, y los guisantes se enmarcarían en este grupo. Lo que ocurre es que cuando hablamos de guisantes en estado fresco -no las semillas secas-, algunas de sus características se aproximarían más al mundo vegetal (aunque, por su puesto, con propiedades particulares).
Y precisamente de estos últimos, de los guisantes tiernos y frescos que nos regala la primavera cada año, queremos hablaros hoy. Un ‘tesoro’ muy apreciado por los amantes de la buena mesa; aunque guisantes hay todo el año, en estado fresco solo podemos encontrarlos durante unos pocos meses y su calidad, textura y sabor poco tienen que ver con los guisantes en conserva.
Esta excelencia alcanza su máxima expresión en la variedad ‘guisante lágrima’, que se recolecta cuando aún no ha madurado del todo (de modo que el grano, tal y como vemos en la imagen inferior, tiene la forma de una lágrima, de ahí su nombre). No por casualidad, esta variedad cultivada en el litoral del País Vasco es también conocida como ‘caviar vegetal’: su delicada finura, su textura crujiente, su corta temporada y su escasez, hacen que estos guisantes sean tan codiciados por los grandes chefs (pudiendo alcanzar precios por encima de los 300 euros/ kilo).
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Pero, más allá del guisante lágrima, no hace falta dejarse el bolsillo para disfrutar de unos guisantes frescos. Lo que ocurre es que no son tan fáciles de encontrar, incluso en temporada. De modo que si nos hacemos ellos deberemos sacarles el máximo partido. Para ello resulta fundamental no tardar en consumirlos (conservándolos dentro de sus vainas, sin lavar y fuera de envases de plástico) y tener presente que sus tiempos de cocinado son muy inferiores: su tiempo cocción puede variar desde apenas unos segundos del guisante lágrima, a entre 4-6 minutos en los ejemplares más grandes (cuanto más pequeñitos y más frescos, menos tiempo necesitarán).
PROPIEDADES NUTRICIONALES
El guisante es uno de nuestros ‘aliados’ a la hora de llevar una dieta saludable: es fuente de proteína vegetal, aporta fibra, vitaminas, antioxidantes… Además, su índice calórico cuando es fresco resulta bastante inferior (unas 70 calorías por cada 100 gramos de producto).
Si hablamos de lo puramente culinario, al tratarse de un producto tan delicado y rico, no le hace falta demasiado acompañamiento: simplemente escaldados brevemente en agua y después aliñados con un buen aceite, pimienta y sal, quedan deliciosos. También resultan estupendos salteados con un sofrito de verduras. No obstante, el guisante fresco puede ser también ingrediente de otras muchas recetas: ensaladas, cremas, platos de pasta, guisos, tortillas y revueltos.… A continuación, os ofrecemos algunas ideas para disfrutar de este producto de temporada (accede al modo de elaboración pulsando sobre el nombre de las recetas).
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Paso a paso: Crema de guisantes frescos con menta
Hay mil y una maneras de preparar una rica crema de guisantes. Aquí optamos por cocinarla añadiendo patata y un toque de menta. Y es que el sabor de ésta última combina muy bien con el del guisante. Si nunca has probado este tándem de ingredientes, ¡no dudes en hacerlo!
Paso a paso: Ensalada de pasta y guisantes frescos
Aprovechamos la temporada de guisantes frescos para emplearlos como ingrediente estrella de esta rica ensalada de pasta. Recuerda que, como decíamos, cuando son frescos, los guisantes requieren un tiempo de cocción más corto que cuando son secos. En este sentido resulta muy práctico tener un recipiente con agua fría y hielo cerca para, una vez cocidos, sacarlos y verterlos en él de manera que no se sigan cocinando.
Paso a paso: Aperitivos de crema de guisantes
Las cremas de verduras presentadas en pequeños vasitos individuales pueden dar lugar a aperitivos tan vistosos como este que proponemos aquí. En este caso optamos por una crema de guisantes frescos que coronaremos con unas huevas de salmón y unos brotes.
Paso a paso: Bogavante con guisantes lágrima
Esta receta es pura delicatessen. A la carne cocida de bogavante vamos a sumarle el delicado sabor y textura de los guisantes lágrima. Un plato gourmet perfecto para ocasiones especiales.
Paso a paso: Pastel de guisantes y queso crema
En realidad, esta receta bien puede ser un pastel o catalogarse como una enorme tarta formada a partir de tortitas saladas de guisantes y una deliciosa crema de queso que hace que todas ellas queden unidas.
Paso a paso: Pollo guisado con guisantes
A la imbatible combinación de pollo + verduras (en este caso, guisantes frescos), se suma aquí el sabor del queso manchego. Un trío de ingredientes ganador para una receta fácil que conquistará a todos en casa.
Paso a paso: Conchitas con vinagreta de guisantes frescos
De la inmensa gama de variedades de pasta, optamos ahora por unas conchitas para servirlas cocidas y templadas, con una vinagreta guisantes frescos y pistachos. ¡Irresistible!
Paso a paso: Puerros con guisantes y cogollos
En solo unos minutos tendrás lista una receta tan sabrosa como saludable y ligera que puedes disfrutar o bien sola o bien como guarnición. Sus ingredientes principales: guisantes, puerros y cogollos.
Paso a paso: Crema de guisantes con picatostes y almendras
Otra idea para preparar una rica crema de guisantes que, en este caso, serviremos con unos picatostes y unas almendras.