Debido a su exotismo y a que no es un ingrediente presente en la cocina española, puede que el tamarindo te suene lejano. Pero cada vez irrumpe con más fuerza, debido a su uso habitual en cocinas como la asiática, la india, la tailandesa y la mexicana.
¿Cuál es su origen?
Es el nombre de un árbol originario de África aunque su nomenclatura científica es la de Tamarindus indica, pero cuyo cultivo está muy presente en Latinoamérica y en parte de Asia.
Crece de forma silvestre en el continente africano, sobre todo en países como Sudán, y en algunos del Cercano Oriente como Omán o Yemen. Y se cree que lo más probable es que fuesen los árabes los encargados de introducir esta exótica fruta en la Península Ibérica en la Edad Media y que, en el siglo XV, durante la era de los descubrimientos, los exploradores españoles y portugueses lo exportaran a otros países de Asia y Latinoamérica.
También es un fruto muy habitual en la India, donde es utilizado para preparar numerosos platos, cócteles, infusiones o consumido de forma directa.
¿Qué es el tamarindo?
Ese árbol (tamarindus indica) produce una semilla redonda que se llama de la misma forma, albergada dentro de una vaina de color marrón y está recubierto de una pulpa fibrosa y pejagosa, que es lo que se consume.
Esa pulpa se extrae, se ablanda en agua caliente y presenta multitud de usos (salsas, conservas, vinagretas, bebidas, chutneys, panadería, repostería, etc).
De sabor agridulce, ácido, picante, intenso y complejo, es ideal para cocinar en platos tanto dulces como salados. Si conviene añadir azúcar por su acidez. Y, por cierto, pertenece a la familia de las leguminosas.
El tamarindo se puede comer directamente, retirando la pulpa de la vaina, los huesos -parecidos a los de la aceituna-, y los filamentos duros que presentan, aunque lo habitual es encontrarlo en forma de una pasta, que también se puede preparar de forma casera.
¿Cómo hacer la pasta de tamarindo casera?
Para preparar una pasta o salsa de tamarindo solo necesitas medio kilo aproximadamente de pulpa y un poco de agua.
- Tienes que ablandar las vainas y para ello se recomienda sumergirlos en agua caliente durante por lo menos media hora.
- Pasado este tiempo, simplemente debes pelar las vainas, retirar los filamentos y los huesos y aplastarlo la pulpa con la ayuda de un tenedor.
- Añade después más agua caliente progresivamente a la pulpa hasta conseguir la textura deseada.
- Si no estuviesen maduros, cubre de agua en una cacerola y cocina a fuego lento durante 30 minutos, removiendo hasta que se deshagan. Si el sabor fuese demasiado amargo, se puede rebajar incorporando a la mezcla un poco de azúcar.
¿Cuáles son las propiedades para la salud del tamarindo?
Además de la pulpa, también otras partes de la vaina -incluso las hojas, la raíz y la corteza del árbol- tienen propiedades beneficiosas para la salud transformadas en polvo, zumo, infusión, etc.
El tamarindo tiene un alto contenido en fibra y vitaminas A, C, E y varias del complejo B. Además, es fuente de hierro, calcio, fósforo, potasio, azufre y magnesio. Tiene propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, antisépticas, laxantes, diuréticas, astringentes y antipiréticas.
También ayuda a reducir los niveles de glucosa en sangre, colesterol y la presión arterial. Por estas razones, en los países en los que se cultiva es frecuente encontrar también numerosos remedios caseros para aliviar síntomas o prevenir enfermedades comunes.
Recetas con tamarindo
Y como siempre, después de la teoría, llega la práctica -que es lo que más nos gusta a nosotros-, así que vamos a mostrarte cómo emplear el tamarindo en la cocina. Concretamente lo vamos a hacer a través de 5 sencillas recetas, que son solo un ejemplo de la infinidad de elaboraciones de todo tipo -hasta postres- que puedes preparar con este ingrediente.
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