Al igual que ocurría con los bizcochitos Lamington australianos de los que os hablábamos hace unos días, el pastel Battenberg también tiene detrás una curiosa historia relacionada con su nombre. Según apuntan la mayoría de teorías, parece que este dulce fue creado en honor del matrimonio que tuvo lugar entre Victoria de Hesse-Darmstadt (nieta de la reina Victoria de Inglaterra) con el príncipe alemán Luis de Battenberg en 1884.
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Un origen aristocrático que entronca bien con el refinamiento y elegancia propios de este bizcocho típicamente ‘british’. Tanto es así que es raro no encontrarlo en las clásicas fuentes de pastelitos que acompañan el clásico 'Afternoon Tea'.
Su forma de cuadrícula es, sin duda, su característica más reconocible: dos bizcochos que se hornean por separado (uno de ellos, con su tradicional color amarillento, y el otro, de color rosado), que se cortan en cubos rectangulares alargados, untados con mermelada de albaricoque y dispuestos de forma alterna, y con una fina masa de mazapán que cubre el conjunto.
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¿El resultado? un pastel tan bonito por fuera como esponjoso y sabroso cuando le hincamos el diente, cuyo paso a paso vamos a mostraros hoy. Pero antes, echa un ojo a estos tips básicos relacionados con su preparación.
CONSEJOS A TENER EN CUENTA
- Una de las claves fundamentales para que este pastel quede bien es cortar perfectamente los bizcochos. Deben tener el mismo tamaño para que la cuadrícula sea estética. Tan crucial es este paso, que incluso existen moldes especialmente diseñados para hacer un buen Battenberg (marcas como Silverwood los fabrican). Pero, si no te puedes hacer con uno de ellos, ¡calma! Puedes utilizar moldes rectangulares -de unos 20 cm-, incluso, con un poquito de destreza y paciencia, cortar los bizcochos a mano, de forma que queden lo más parecidos posible.
- Para un resultado top también es importante que el mazapán que cubre el pastel quede fino y bien uniforme. Si no te gusta el mazapán puedes probar a sustituirlo por un fondant. No es lo más ortodoxo pero… ¡cocinar también es versionar!
- También puedes sustituir la mermelada de albaricoque, ingrediente típico del pastel Battenberg, por otra que te guste más. Incluso puedes probar a hacer su variantes de cuadrícula con otras combinaciones de color (empleando otros tonos de colorante alimentario).
- Una vez hecho, puedes dejarlo tal cual, o dar rienda suelta a tu imaginación decorando la parte exterior del mazapán. Por ejemplo, puedes hacer unas líneas punteadas en la superficie o unas rayas paralelas, colocar unas perlas de azúcar, etc.
- Lo ideal es servirlo acompañando un té o un café a la hora de merendar. Pero, lógicamente, también es perfecto como broche goloso para un menú servido en una ocasión especial. Incluso, por qué no, para un desayuno de lo más sofisticado. ¡Tú eliges!
Y ahora sí, vamos ya con la receta detallada para preparar esta tentanción golosa. Para acceder a modo de elaboración solo tienes que pulsar aquí debajo sobre la imagen:
PASO A PASO: PASTEL BATTENBERG
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