Es cierto que su nombre está exento del glamour de otros alimentos; repollo no suena igual que foie, trufa o jamón ibérico… las cosas como son. Sin embargo, ¡qué gran error restar valor a los productos más humildes de la cesta de la compra! Suelen ser versátiles, económicos, nos ayudan a llevar una alimentación variada y, en casos como el que hoy nos ocupa, son también muy beneficiosos desde el punto de vista nutricional. Pero ya llegaremos a eso… primero, quizá sea interesante tratar de arrojar un poco de luz al asunto del nombre: ¿es el repollo lo mismo que la berza?, ¿qué diferencia hay entre col y repollo?, ¿es la lombarda un repollo?...
La confusión está servida…. ¡y no es extraño! Por empezar acotar un poco, diremos que el repollo pertenece a la gran familia de las crucíferas o brasicáceas, dentro de la que se enmarcan también verduras como la coliflor, el brócoli, la rúcula, los rábanos, los nabos, los berros… Tan amplia es esta familia que cuenta con más de 4.000 especies. Si hablamos, en concreto, de tipos de repollos hay un gran abanico de variedades (salvajes, híbridas, más tempranas y más tardías…). Además, se suma la ‘problemática’ añadida de las variaciones locales a la hora de ponerle nombre -la terminología puede cambiar en función de la cada región-. Aun así, podemos decir que existe bastante consenso a la hora de establecer los tres tipos de repollo más habituales y consumidos:
Repollo ‘verdi-blanco’ o berza
Lo reconocemos por sus hojas exteriores de color verde clarito, mientras que las interiores son blancas. De consistencia compacta y nervios duros, es una de las variedades de repollo más consumidas (en la foto superior, a la derecha).
Repollo rizado
También llamado ‘Col de Milán’ o ‘Col de Saboya’ es muy fácilmente reconocible por sus hojas exteriores de aspecto rizado y color verde intenso (en la foto superior, en el centro).
Repollo morado o col lombarda
Aquí no hay equivocación posible dado el característico color morado de sus hojas. Además, la lombarda se caracteriza también por tener un sabor más dulzón que el resto de variedades (en la foto superior a la izquierda).
Así pues, a modo de resumen sencillo (lejos de complejas denominaciones botánicas) col y repollo podrían usarse indistintamente, mientras que la berza sería una variedad de repollo.
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POCAS CALORÍAS, MUCHA SALUD EN EL PLATO
Cultivado ya por egipcios, griegos y romanos, el repollo se consolidó en Europa como alimento habitual de la dieta de campesinos en los siglos XVII y XVIII. Al considerarse alimento humilde no solía formar parte de las mesas distinguidas. Y mira que bondades le sobran a esta verdura, cuya mejor temporada se produce durante los meses más fríos. A nivel nutritivo, por ejemplo, cuenta con magníficas propiedades: su bajo contenido calórico (menos de 24 kcal por cada 100 gramos de producto) hacen que, según cómo lo cocinemos, el repollo se convierta en un gran aliado de las dietas enfocadas a la pérdida de peso. En cuanto a su composición es buena fuente de minerales esenciales (sobre todo potasio), vitaminas C y A. Además, aporta fibra, de modo que favorece la sensación de saciedad. Además, resulta diurética ya que el agua es su componente mayoritario.
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HERVIDO, AL VAPOR… ¡SAL DE LAS OPCIONES DE SIEMPRE!
El repollo hervido es quizá una de sus formas más habituales de preparación. En este sentido, debemos intentar no ‘sobrecocinarlo’. Muchas veces, el hecho de que las verduras en general no resulten especialmente apetecibles tiene que ver con su sobrecocinado.
Y es que, bien cocinado, el repollo puede resultar muy rico. Simplemente rehogado en su punto con una fritada de ajos, resulta una gran opción. Pero, por supuesto, su versatilidad va mucho más allá. Uno de sus usos más comunes es incluirlo en los cocidos y platos de cuchara más tradicionales y contundentes, algo nada casual. Y es que el repollo puede ayudar a favorecer las digestiones.
También es muy utilizado como guarnición. En Centroeuropa no suele faltar, en forma de chucrut (col fermentada en salmuera) para acompañar todo tipo de carnes -salchichas, codillos…).
Podemos utilizarlo también como ingrediente para caldos y sopas, para salteados, estofados, rellenos… Sus hojas quedan especialmente vistosas como elemento para ‘envolver’ infinidad de preparaciones.
Además, aunque no resulta tan digestivo, el repollo puede disfrutarse también en crudo, siendo el terreno de las ensaladas donde resulta más habitual.
ALGUNAS RECETAS CON REPOLLO
A continuación, os mostramos algunas ideas para dar un aire diferente a tus recetas con repollo y disfrutar de esta verdura saliendo de las opciones más convencionales (accede al modo de elaboración pulsado sobre el nombre de las recetas).
Paso a paso: 'Coleslaw' (ensalada de col y zanahoria)
La 'Coleslaw' es una ensalada muy sencilla de preparar, a base de col y zanahoria cortadas de forma fina. También puede incluir otros alimentos como la manzana y uno de sus condimentos habituales es la mayonesa y la mostaza. Esta receta, nacida en Europa y exportada después a Estados Unidos, funciona muy bien como guarnición para platos tanto de carne como de pescado.
Paso a paso: Repollo relleno de orejones y puerros
Esta receta visualmente es de lo más atractiva. Y, además de muy sabrosa, tiene muchísimos nutrientes. Habitualmente el repollo lo relegamos a platos de cocido o de cuchara y, como comentábamos, nos ofrece muchísimas más posibilidades. Es perfecto para rellenarlo -en este caso de arroz, pasas y frutos secos- y prepararlo al horno, al vapor, frito, etc.
Paso a paso: Caldo de judías y col rizada con lacón
Te proponemos una especie de versión del caldo gallego, con col rizada, alubias blancas, patatas y lacón. En este caso no le ponemos chorizo. Es un plato de cuchara contundente, ideal para cuando las temperaturas no son muy altas.
Paso a paso: 'Dumplings' chinos de repollo
Un entrante oriental que gusta a muchos y que te aconsejamos sirvas con una salsa de vinagre y soja, siempre tres cucharadas de la primera por una de la siguiente, un poco de ajo y chile rojo picado.
Paso a paso: Ensalada de rabanitos y repollo con cacahuetes
Otro ejemplo de cómo el repollo puede convertirse en elemento principal de numerosas ensaladas. En este caso lo acompañamos de rabanitos y cacahuetes.
Paso a paso: Pastel de repollo con pasas y piñones
Este pastel de repollo relleno de pollo, carne picada, pasas y piñones se convierte en un segundo plato ideal para servir en cualquier comida y sorprender a tus comensales. Es una forma muy original de introducir las verduras en tus elaboraciones.
Paso a paso: Perrito caliente con chucrut y lombarda
El chucrut es uno de los ingredientes que no suelen faltar en los hot dogs de estilo neoyorquino. En esta particular versión del tradicional perrito caliente sumamos también lombarda y mermelada de arándanos. ¡Delicioso!