Rabo de toro: uno de los platos con los que Guadalupe triunfó en ‘MasterChef Abuelos’

La simpática andaluza se hizo con el trofeo del programa especial que MasterChef quiso dedicar a los más mayores de la casa

Actualizado 28 de diciembre de 2020 - 12:41 CET28 dic 2020 - 12:41 CET

Genio y figura. Así podríamos definir a Guadalupe, la concursante que el pasado día de Navidad se convertía en ganadora de ‘MasterChef Abuelos’. ¡Nadie diría que se trataba de la aspirante con más edad! A sus 86 años, esta simpatiquísima andaluza es pura vitalidad. Lo mismo te cocina un plato de quitarse el sombrero que te comenta en Instagram ‘Juego de Tronos’, serie de la que es fan declarada.

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Su buen humor conquistó al público del talent (que por primera vez dedicaba un programa a los más mayores, a modo de sentido homenaje), y su saber hacer frente al fogón cautivó a los jueces durante las distintas pruebas. La primera de ellas estuvo protagonizada por la cocina tradicional y Guadalupe tuvo que preparar un rabo de toro. Delicia típica de las mesas cordobesas a la que ella dio su particular interpretación, acompañándolo con puré de patatas y cebollitas (y que, por cierto, ya se puede probar en el restaurante MasterChef de Madrid).

Tanto Pepe Rodríguez como Jordi Cruz solo tuvieron halagos para la receta presetanda por Guadalupe. "No se le puede poner ni una pega, un plato redondo, perfectamente acabado"; decía el primero, mientras el segundo apuntaba que "es un rabo perfectamente guisado, es maravilloso". Tanto les gustó, que no dudaron en conceder a la concursante la máxima puntuación, (preludio de lo que ocurriría finalmente en el programa, con la victoria de esta incombustible y entrañable abuela).

Una receta con mucha historia

Según se dice, al igual que ocurre con tantos platos de la cocina clásica, casi existen tantas recetas de rabo de todo (cola de toro, tal y como se conoce en Córdoba) como cocineros lo preparen. En esencia, se trata de un estofado de rabo de toro o de vaca, con siglos de tradición a sus espaldas. De hecho, cuentan que ya en la época el Imperio romano se tomaba un plato similar. Sin embargo, parece que no fue hasta el siglo XVI cuando comenzó a consolidarse como receta estrella en tierras cordobesas, como forma de aprovechar las colas de los toros bravos tras las corridas taurinas.

En realidad, no es una receta complicada, pero sí que ha de tenerse cierta mano para conseguir esa carne absolutamente melosa y llena de sabor, que se deshace en boca. Y es que, un rabo de toro bien cocinado puede convertirse en una verdadera delicatessen (más rica si cabe, si se degusta al día siguiente de haberlo preparado).

Nosotros os mostramos a continuación nuestra receta para cocinar este guiso tradicional. Puedes acceder al ‘paso a paso’ pulsando aquí debajo sobre la imagen: