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La gastronomía y el mundo de la moda tienen en común más cosas de las que a simple vista puede parecer. Un maridaje entre ambas en el que prima la creatividad, el buen gusto, los colores y, por supuesto, las texturas. Ambas disciplinas, la cocina y el diseño, transmiten ideas y cuentan historias, ya sea a través de un plato y sus sabores, o de un vestido y las sensaciones que despierta en quien lo lleva. De esto sabe mucho Juanjo Oliva, uno de los grandes diseñadores del panorama nacional y reconocido foodie.
El creador madrileño es uno de los nombres imprescindibles la pasarela MBFW de Madrid desde que comenzara su andadura en la moda a principios de los años 90, cuando se la conocía como Pasarela Cibeles. Además de diseñador, también ha trabajado como ilustrador, y en el año 2000 decide crear su firma homónima. Desde que comienza con la marca, realiza costura a medida, sobre todo en el universo nupcial: novias, madrinas e invitadas. En esa época, en plena explosión del diseño español, con nombres tales como Antonio Pernas, Roberto Verino, Sybilla o Helena Rohner, cuando Juanjo Oliva inicia su amistad con otra de las creadoras del momento, la burgalesa Amaya Arzuaga, que hace tres años se retiró de las pasarelas para dedicarse a otra de sus pasiones: el vino (las bodegas Arzuaga son propiedad de su familia) y la hostelería.
Es así como nace Taller Arzuaga, el ambicioso proyecto gastronómico de la diseñadora. Ubicado en el corazón de la Ribera de Duero, este restaurante, galardonado con una Estrella Michelin, tiene al frente en la cocina al prestigioso chef Víctor Gutiérrez, quien elabora una cocina castellana de vanguardia basada en los productos de la tierra y especialmente en la caza de la finca La Planta, cuna de los reconocidos vinos Arzuaga. Un espacio pensado para disfrutar de la gastronomía burgalesa en un entorno relajante con vistas a los viñedos y al interior de la bodega, al que se accede a través de un pasillo abovedado interactivo.
Además de su afamado restaurante, Taller Arzuaga también cuenta con una bodega y un bar, donde reponer fuerzas con una Coca-Cola después de haber recorrido las magníficas instalaciones de la finca, sobre todo en septiembre, en plena vendimia. En la bodega de Taller Arzuaga también se pueden realizar catas de vinos a cargo de su equipo de enología. Clases magistrales para conocer todos los secretos de los caldos de la Ribera del Duero y acercarse al complejo mundo del vino de una manera personal.
¿Cuál es tu restaurante favorito?
Taller Arzuaga.
¿Por qué?
Este restaurante es uno de mis favoritos por muchos motivos, es un proyecto increíble que inició hace un tiempo mi querida amiga Amaya Arzuaga, y he estado muy cerca del proceso de creación desde el principio; también por su manera de entender la nueva cocina, por un servicio impecable y un interiorismo espectacular en un entorno tan especial como la bodega.
¿Qué es lo que más te gusta de él?
Lo que más me gusta del restaurante es que en sí es una experiencia 360 º, Taller está ubicado en las bodegas Arzuaga donde además de disfrutar de la estrella Michelin que ganaron, hace menos de un año, puedes disfrutar de hacer una cata con amigos, o del fantástico spa del hotel que pertenece a la bodega.
Si lo visitas no puedes irte sin probar…
El mero salvaje a baja temperatura.
¿Con quién sueles venir?
Siempre con amigos.
¿Con quién vendrías a comer?
La última vez que estuve, compartí mesa con Pelayo Díaz, Andy Mc Dougall, Alfonso Bassave y Amaya, que ejerció de perfecta anfitriona.
Una anécdota que te haya ocurrido en este lugar.
Imaginaros todo lo que pueda pasar en un fin de semana disfrutando del relax que proporciona la combinación de alta gastronomía y buen vino entre amigos.
¿Qué canción te gusta escuchar cuando estás comiendo con tus amigos?
Baby’s coming back to me, de Jarvis Cocker, la música que escuchamos Amaya y yo cuando estamos juntos.
Dirección: Ctra. N.122 Aranda-Valladolid, Km 325, 47350 Quintanilla de Onésimo, Valladolid
Reserva: 983 681 146
Precio medio: €€€
