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Tan solo una semana después de vivir la emocionante final de Masterchef Celebrity, en la que Raquel Meroño se alzaba como vencedora, MasterChef Junior arrancaba en una noche llena de ilusión y mucha diversión. Iván, Pablo, Manel, Celia, Adriana, Inés, Ariadna, Manu, Antony, Asier, Javier, Aurora, Luna, Henar, Nicolás, Gina y Nina son los nombres de los 17 aspirantes que llegaban a las cocinas del programa dispuestos a demostrar sus dotes culinarias en esta la octava edición. En la primera prueba de la noche, los pequeños tenían que trabajar con productos de la huerta para cocinar un plato con frutas y hortalizas como elementos centrales, pero no estaban solos. Para romper el hielo en el primer reto de la edición, recibían la visita de Silvia Abril, Luna Zacharias, exaspirante de la octava edición, y Albert, finalista la séptima temporada de la versión infantil.
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La prueba de exteriores por equipos tenía como escenario uno de los lugares favoritos de los pequeños: el Zoo de Madrid. Rodeados de animales y en un contexto de alimentación saludable, los niños debían elaborar platos como pasta frutti di mare, pollo a la plancha con yuca frita o limón helado para los 100 comensales. El grupo azul se convertía en el mejor, pero eso no les aseguraba continuar una semana más, ya que la versión junior del talent de Televisión Española va por puntuaciones. Los niños van sumando puntos en cada reto y finalmente los tres que menos consigan se convierten en los eliminados. Tras los primeros desafíos, Henar y Javier eran los que más votos tenían y los únicos en no jugarse la expulsión. Además, durante los cocinados comenzaba una historia de amor, la de Nicolás y Gina, que decían ser novios, pero pocas horas despues sorprendían a todos diciendo que lo dejaban y que solo "eran amigos".
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Para cerrar la noche del estreno, los pequeños aspirantes disfrutaban con dos visitas de lujo: el chef Toño Pérez, del restaurante cacereño Atrio con dos estrellas Michelin, y Florentino Fernández, flamante subcampeón de MasterChef Celebrity 5. El último cocinado giraraba alrededor del foie como elemento central de todas las elaboraciones y Henar y Javier repartían a sus compañeros los platos según su facilidad usando estrategias para que alguno de ellos se fuera a casa. "Le he querido dar a Antony lo más difícil porque no me cae bien", revelaba el benjamín del programa, aunque le salía mal porque se alzaba como el mejor de la noche. Tras el recuento, Manu, Iván y Ariadna eran los que menos puntos obtenían y, por tanto, se convertían en los primeros eliminados de la octava edición.
