Un viaje personal hacia un estilo de vida saludable. Así es como Kimberly Parsons, autora del libro Yoga Kitchen, editado por Cinco Tintas, asegura que podemos cambiar nuestros hábitos para encontrarnos bien para siempre. Algo que muchos perseguimos con las diferentes dietas que surgen a nuestro alrededor: desde la fiebre por la comida real (#Realfooding), hasta aquellas que son en realidad una auténtica filosofía de vida, como aquellos que han decidido abandonar los productos de origen animal y entregarse al veganismo. Una de las últimas en llegar y que, cada vez, genera más interés, es la de trasladar la filosofía del yoga a nuestro plan semanal de alimentación. Así que, si tienes un alma yogui, te vamos a contar cómo y te daremos algunas recetas para que la pongas en práctica.
¿En qué consiste una alimentación yogui?
Es un nuevo estilo de vida en el que se combina, además de la práctica de yoga y meditación, un plan semanal de alimentación que tiene como objetivo alcanzar un mayor estado de serenidad y bienestar. Y es que, en la era post-COVID, los expertos aseguran que este tipo de hábitos son muy valorados y están teniendo un crecimiento exponencial. Nos importa nuestra salud y la empezamos a entender como un conjunto global de costumbres que aprendemos y mejoramos a diario. De ahí que esta dieta se base en recetas fáciles de preparar, siempre saludables y orientadas a aumentar nuestra energía, pero también nuestro estado de calma, nuestra creatividad e intuición. Al final, lo que debe funcionar es la conexión mente y cuerpo.
Para ello, las propuestas de Parsons -reconocida chef británica- son todas vegetarianas, pero puedes seguir esta nueva filosofía reinventando tus propias recetas. Eso sí, siempre saludables y siguiendo estos mantras:
- Conseguir el equilibrio, a través también de una alimentación variada.
- Potenciar el bienestar, con recetas que sean ricas, pero también nos nutran.
- Llenarte de energía, incluyendo alimentos como la cúrcuma, el cacao, el té matcha o los pimientos, el queso y el jengibre.
- Tener un intestino feliz, por lo que el consumo de alimentos probióticos fermentados -como el miso o el chucrut- es vital.
- Mantenerse siempre hidratado, para favorecer siempre la recuperación muscular o la eliminación de toxinas.
Si tienes esto más o menos claro, te dejamos a continuación algunos ejemplos para empezar a practicar esta filosofía de vida que, seguro, te encantará. Ah, y recuerda, comer siempre de manera consciente.
Paso a paso: verduras Hasselback
Cuando hablamos de verduras al estilo ‘Hasselback’ nos referimos a una receta que nos llega desde Estocolmo, donde recibió el nombre del restaurante en el que se pusieron de moda. Consiste, ni más ni menos, en asar las piezas en el horno con unos cortes en forma de acordeón, pero sin llegar a despiezar el producto. Se sirven calentitas y sobre la misma bandeja de horno, pues quedan muy vistosas. En este caso, las acompañamos de una deliciosa salsa de yogur con nueces y unas zanahorias que se han cocinado con salvia, dándoles mucho aroma y sabor.
Si tienes invitados, es una ocasión perfecta para incrementar la variedad de verduras y dejar que cada comensal se sirva en un plato las que más les guste y se echen un par de cucharadas de la salsa. Aunque lo mejor es disfrutarla recién hecha, también te permite dejarla preparada con antelación.
En el caso concreto del que hablamos, este es un plato que incluir en tu plan semanal para cenar, porque con ella cuidas tu salud y fomentas su correcto desarrollo.
Paso a paso: risotto de espelta con calabaza, salvia y galletas amaretti
Otra deliciosa cena, que puedes incluir como comida también en tu menú semanal, es este plato típico de la cocina italiana que, en esta ocasión, se reinventa cambiando el arroz por unos granos de cebada perlada -no te asustes, su cocción es muy sencilla- y que se combina con unas verduras de otoño que más suele gustarnos: la calabaza. Se cocinan también en el horno y se incorpora después a nuestro risotto con queso parmesano y mascarpone, se decora con unas crujientes hojas de salvia y, por qué no, unas galletas amaretti que nos darán ese contraste de texturas y sabores, dándole un toque dulce (además del que le da la propia calabaza) a nuestro plato. Además, con esta receta (y con otras que puedas reinventar), trabajarás la creatividad.
Paso a paso: linguini de linaza caseros con pesto de espárragos
Pasta casera. Sí, es saludable. No creas eso que dicen de que para cuidarse hay que olvidarse de la pasta. Hazla en casa siempre que puedas y verás que acabarás queriéndola todos los días. Lo más trabajoso es conseguir una masa fina y firme, sin que se llegue a romper a la hora de cocerla. Ayúdate (si puedes) de una máquina para ello, o alísala lo suficiente con un rodillo, pero sin pasarte.
El resto de la receta es muy fácil. El aceite de albahaca se consigue infusionando un rato antes las hojas de albahaca con el aceite de oliva virgen extra, mientras que el pesto de espárragos es tan sencillo como mezclar y triturar. Créenos, merece la pena ponerse un rato manos a la obra con este plato. Además, si tienes hijos, les va a encantar. Es un plato perfecto para cuando necesitamos algo reconfortante y queremos ir un poco más allá de una crema o puré.
Paso a paso: achicoria y uvas asadas al balsámico
En poco más de media hora tendremos esta receta saludable y otoñal lista para servir. Es increíble lo que podemos hacer con un par de botes de legumbres. Las alubias verdinas pertenecen a la familia de las judías. Al recogerlas antes de que maduren, conservan el color verde y un sabor mucho más intenso que las blancas. Comprarlas precocinadas nos ahorra mucho tiempo, pero, si no las encuentras, puedes sustituirlas por alubias blancas.
La achicoria, por su parte, es un ingrediente bastante más desconocido en la cocina habitual, pero tanto ella como el hinojo son muy saludables y tienen propiedades más que beneficiosas para nuestro organismo. Además, esta receta puede ser una cena, una guarnición o un aperitivo delicioso que servir para sorprender a tus invitados en una gran celebración. Queda colorida y vistosa.