A todos nos pasa y a ninguno nos gusta hacerlo. A veces (no siempre), nos vemos en la obligación de tirar a la basura los alimentos que hemos comprado antes de lo deseado -puede que hayamos medido más los tiempos-. Otras veces, nos hemos organizado un poco mejor, pero la vida de los alimentos no ha dado para más, porque no hemos sabido comprarlos en el punto de maduración que necesitábamos o que, como muchos, a veces no sabemos valorar. Todo esto repercute, sin lugar a dudas y de forma directa, en nuestra economía doméstica. Sin embargo, existen pequeños gestos, relativamente sencillos, que pueden ayudarnos a prolongar la vida de algunos de los alimentos más comunes de la cesta de la compra. Desde ¡HOLA! Cocina hemos intentado aunarlos todos y crear una especie de decálogo de consejos que pueden ser tu salvavidas. Además, vamos a darte también alguna receta de esa cocina de aprovechamiento que viene imponiéndose desde hace tiempo y que también suma puntos a la causa.
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1. No pierdas de vista la fruta
Una sola fruta o verdura en mal estado es suficiente para echar a perder el resto. Son compañeras de cajón y se contaminan unas a otras, por lo que retira de manera inmediata del frigorífico los productos estropeados. Pero, en lugar de tirarlos a la basura, elimina las peores partes y, por ejemplo, agrega lo que se pueda aprovechar junto a los cereales de tu desayuno. Tendrás un extra de dulzura y vitaminas. Te dejamos una receta para darte ideas.
Paso a paso: smoothie bowl de frambuesas y plátano
Sin duda, las frambuesas y los plátanos son dos de las frutas que más rápido y fácil pueden estropearse. Súmalas a tu bol de desayuno de cada mañana.
Más: Cocina de aprovechamiento: el arte de cocinar con sobras
2. Evita la abrasión del congelador
Congelar la comida es, sin duda, un gran método para prolongar la vida útil de tus alimentos y mantenerlos frescos. Sin embargo, si se almacena de manera inadecuada, la comida congelada puede acabar muriendo por abrasión debido al frío. Evita esta situación con bolsas y recipientes específicamente diseñados para conservar los alimentos en el congelador, que sean gruesos, así mantendrán bien la humedad y los olores no deseados bien alejados.
3. No laves antes de guardar
Lavar los alimentos provoca la acumulación excesiva de humedad en frutas y verduras. El exceso de humedad ocasiona, a su vez, el marchitamiento de las frutas o verduras, la aparición de manchas marrones e, incluso, el moho. El lavado puede acortar, por tanto, el tiempo de almacenaje; así que, asegúrate de no hacerlo en las frutas y verduras que tengas pensado guardar.
4. Asa y congela antes de que sea demasiado tarde
Si tus verduras se acercan a la fecha de caducidad, pero no has tenido la oportunidad de utilizarlas, no tienes por qué tirarlas a la basura. Prueba a escaldarlas, un proceso rápido de hervido que ya te enseñamos en este artículo, y, a continuación, congélalas en una bolsa adecuada.
5. Procura no ir a la compra cuando tengas hambre.
Un estómago vació siempre te impulsará a comprar más comida de la que realmente necesitas. Al comprar grandes cantidades, tendrás más opciones de que tus alimentos se estropeen.
Más: Cómo comer bien sin que el precio de la cesta de la compra se dispare
Paso a paso: chips de piel de patata
Prueba a no desperdiciar las pieles de tus patatas, verás que esta receta va a sorprenderte (y mucho).
6. Haz un menú semanal
Este consejo es la consecuencia del anterior. Es decir, a mayor organización, menor riesgo de tener que desperdiciar alimentos. Por eso, antes de comprar nuevos ingredientes, organiza las comidas en torno a lo que ya tengas en casa (sí, abre todos los armarios que sean necesarios) y comprueba lo que tienes. Frigorífico, despensa y congelador. No te dejes ni uno. Y, antes de salir de casa, haz una lista de la compra que te acompañe en el supermercado, para adquirir lo necesario de forma racional. No dejes de repasarla en ningún momento.
7. Una pizarra, por favor
Ten una siempre a mano en la cocina. O unas hojas en el frigorífico. En realidad, algo práctico y visible en lo que anotar la comida que necesitas, pero también la sobrante, para recordar lo que tienes aún por consumir tanto en la nevera como en el congelador. Así podrás llevar un seguimiento real de lo que tienes almacenado y planificar las comidas antes de ir al supermercado.
8. Siempre que sea posible, compra productos frescos en los mercados
Las frutas y verduras, por ejemplo, están recién recogidas y suelen durar más tiempo. Puedes también comprar cantidades más pequeñas o hacerlo en paquetes individuales y, de esta forma, obtener la cantidad exacta que necesites, evitando que la comida sobrante acabe en la basura.
9. Comprueba las fechas de caducidad
Para evitar comprar alimentos cercanos a su fecha de caducidad, echa siempre un segundo vistazo al fondo de los expositores. Ahí es donde los supermercados almacenan los alimentos con una fecha de caducidad más lejana.
10. Aprovecha las sobras
Este es el consejo más importante y la magia de la cocina de aprovechamiento. Siempre que puedas, convierte los restos de comida en una nueva receta. Tan solo necesitas ¡un poco de imaginación! Te dejamos a continuación, otra nueva idea.
Paso a paso: filetes rusos de merluza en salsa verde
Aunque la receta tradicional lleva carne picada, en esta receta vamos a utilizar restos de merluza (o de cualquier otro pescado) al que le añadimos una salsa verde.