Hora de una de las despedidas más tristes y a la vez emocionantes que se ha vivido en MasterChef 8. El programa celebrará su semifinal la próxima semana y quien se ha quedado a solo un paso es Juana, la concursante más querida y entrañable de la edición. Esta portera de 75 años ha cumplido varios sueños en los meses de talent, pero sobre todo se lleva el cariño de la audiencia, que la consideraba una clara favorita por sus dotes culinarios y la aspirante más entrañable. Casi una abuela para el resto de concursantes, su marcha ha dejado afectados a Iván, Luna, Sara, Alberto, José Mari y Andy, que competirán en la recta final por llevarse el ansiado trofeo. "Para mí MasterChef ha sido como una segunda juventud, todo ha sido extraordinario. Estoy encantada y muy agradecida", aseguraba Juana en su emotiva despedida.
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La aspirante ha acudido a la prueba de eliminación, zona que apenas ha pisado durante sus 16 semanas de concurso debido a sus grandes dotes culinarias, junto a Iván, José Mari y Andy, pues Luna, Ana y Alberto fueron salvados por su destreza en la prueba de exteriores. Por fin, después de tres semanas compitiendo, José Mari ha usado su pin de inmunidad para clasificarse directamente para la semifinal. La salvación de Iván como el mejor en la eliminatoria ha dejado la expulsión en un mano a mano entre Juana y Andy.
Mientras el joven abogado ha hecho un pastel correcto, las medidas, la tensión y falta de concentración le han jugado una mala pasada a Juana. El remate de su plato era una elaborada flor que ella misma se ha encargado de resaltar que no le ha salido bien, sincera como siempre. "Hacer una rosa no es complicado pero tantas elaboraciones me han superado", confesaba antes de añadir: "¡Un desastre! Se han notado mucho mis 75 años y que soy mala pastelera". A pesar de este pequeño patinazo en la repostería, nadie puede negar que la aspirante ha sido la mejor a la hora de guisar.
A la hora de probar, los jueces se han dado cuenta de que el problema ha sido ir a contrrareloj. "El problema de Juana es el tiempo, si te doy más tiempo lo haces tranquilamente", comenzaba el propietario del Bohío. "Tiene muchísimo mérito verte correr, no te ha dado tiempo pero está muy bueno", ha resaltado por su parte Samantha Vallejo-Nágera, que ha forjado una excelente relación con Juana durante estos meses. "Nos has robado el corazón", señalaba el jurado, aunque tenían que ser justos y elegirla como la expulsada de la noche. "Me voy muy contenta, he vivido muchas cosas, he viajado muchísimo, he tenido momentos emocionantes. Todo ha sido extraordinario", ha sido la última despedida de Juani, que deja una huella imborrable en la historia del programa.
Un castigo, lloros y la visita acalorada de Lorenzo Caprile
Ana y Luna estaban salvadas viendo cocinar tanto a Iván, Andy y Juana. Sin darse cuenta, han dado una pista fundamental para el abogado, que se había equivocado en las medidas del plato. Jordi Cruz lo ha visto, y sin pensárselo demasiado ha subido para dar una lección. "Es injusto, le habéis beneficiado, aquí quien da ventaja o la quita es el jurado no vosotras. Tomad esto es vuestro", dijo el chef, dándoles dos delantales negros que las convierten, salvo un cambio de última hora, en candidatas a la eliminación en la final. "Salvo que hagáis una gran prueba en el inicio de la semana que viene, que entonces me lo pensaría, vais directas a la eliminación", sentenciaba el jurado, mientras que Ana y Luna solo podían lamentar su error.
En una jornada de intensas emociones, Lorenzo Caprile ha visitado las cocinas del programa en la prueba de exteriores donde los concursantes han elaborado un menú para la Cruz Roja. El modista, jurado de Maestros de la Costura, ha demostrado que carácter no le falta incluso para dirigir una cocina a pleno grito. "¡No me vais a dejar mal delante de Cruz Roja!, lo siento muchísimo", aseguraba el diseñador, cuyo grupo acabaría por perder la competición. Caprile se ha enfundado la chaquetilla de chef, poniéndose él mismo a trabajar para que los sanitarios recibieran al menos parte de su menú completo.
Juana ha pasado su peor momento en el programa, y no ha sido por la expulsión, sino por una prueba sin descanso que ha acabado por sacar su lado más débil. "Es la primera vez en mi vida que me rindo. En mi vida me he rendido con todo lo que me ha pasado pero esto me ha superado", aseguraba la concursante.