Elaborar una ensalada es algo aparentemente sencillo. Pero un resultado exitoso y apetecible depende una serie de claves. La ensalada es un plato que no debe faltar en nuestra dieta diaria, ya sea como plato principal o como guarnición, sin olvidar que son una fuente importante de hierro, que nos ayuda a prevenir la anemia y el cansancio que siempre nos llega en los cambios de estación. Son ricas en fibra y vitaminas B1, B2 y B3 que ayudan al correcto funcionamiento del cerebro además de ser bajas en calorías y grasas y encima están ¡riquísimas! Aunque, por su efecto refrescante, estamos más acostumbrados a disfrutar de las ensaladas cuando llega el calor, son perfectas en cualquier época del año, incluso en invierno donde podemos utlizar para su elaboración ingredientes templados (quesos previamente pasados por el calor, huevos escalfados, etc). Eso sí, sea la época del año que sea, lo que debemos intentar siempre es utilizar productos de temporada, estarán en su mejor momento de consumo y además serán mucho más económicos.
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No obstante, lo cierto es que muchas veces caemos en la monotonía y terminamos por prepararlas siempre del mismo modo. Si esto sucede por cuestiones de gusto personal... ¡nada que objetar! Ahora bien, si se trata de falta de ideas, aquí debajo te proponemos hoy un buen puñado de ellas. Elige la que más te guste y… ¡manos a la obra! Pero antes...toma nota de estas claves con las que conseguirás la ensalada perfecta:
1. Hojas bien escurridas
No importa si utilizas lechuga, canónigos, rúcula u otro tipo de hoja como espinaca o endivias. Si no las escurres bien, el agua que quede estropeará su sabor y textura, además de arruinar el aliño sin remedio. Si no dispones de un centrifugador de ensaladas, puedes utilizar un paño limpio. Lo mismo pasa con los tomates. Si dejamos que el agua permanezca en ellos estaremos perdiendo parte de su potente sabor.
Un truco: si cortas la lechuga con las manos ganará en sabor y su aspecto será más natural.
Receta: Ensalada crujiente de gambas y hortalizas
2. Innova con los ingredientes
Si lo tuyo es la base de lechuga, no te limites y prueba distintas variedades de lechugas y de hojas que darán un acabado diferente a cada ensalada: batavia, trocadero, hoja de roble, siempreviva…Aquí te explicábamos todas estas hojas y lechugas pra que sepas qué hacer con cada una de ellas.
Un truco: para hacer de la ensalada un plato principal, experimenta con legumbres, arroz o quinoa. Utiliza distintos tipos de pescados en conserva o quesos. No te limites a un solo tipo de aliño y descubre el poder de las hierbas aromáticas.
Receta: Ensalada de arroz, lentejas y salmón con pesto de kale
3. El orden importa
Si utilizas ingredientes pequeños para hacer la ensalada, como frutos secos o legumbres, en el momento en que remuevas para repartir el aliño, estos pasarán al fondo del recipiente. De tal modo que quedarán a la vista solo las hojas.
Un truco: reserva parte de los ingredientes más pequeños e incorpóralos tras remover el aliño. De este modo estarán visibles y presentes en toda la ensalada.
Receta: Ensalada de judías verdes con higos, grosellas y granola
4. Escoge bien
Huye de los productos preconcebidos para aderezar ensaladas, como el maíz de lata, y dale una oportunidad a ingredientes frescos como la fruta (la naranja, las uvas, las nectarinas, el melocotón y el melón son la alegría de una ensalada) o a verduras como el calabacín y la zanahoria.
Receta: Ensalada de zanahoria morada, melocotón y pollo
5. Equilibra sabores
Intenta no mezclar varios ingredientes que tengan un sabor muy fuerte, porque además de anularse entre sí harán que la ensalada resulte demasiado pesada.
Un truco: Si quieres suavizar el sabor de la cebolla, para que no se convierta en la protagonista absoluta del plato, puedes picarla y dejarla en un recipiente con agua y un chorrito de vinagre 15 o 20 minutos antes de utilizarla.
Aprende: Conoce los tipos de cebolla y su uso en la cocina
6. La importancia del aliño
Un buen aliño puede ser la diferencia entre un ensalada de éxito o un fracaso total. La regla fundamental para aliñar cualquier ensalada es mezclar aparte todos los componentes antes de aplicarlos en el plato. Busca aliños acordes con los ingredientes de tu ensalada y no dudes en experimentar. Importante es aliñar siempre al final y un poquito antes de consumir ya que algunos aliños pueden cocinar los ingredientes y estropear el plato.
Un truco: Puedes llevarte gratas sorpresas si además del clásico “aceite, sal y vinagre”, pruebas con romesco, mostaza o pimienta.
Aprende: Todas las claves para hacer la vinagreta básica y muchas otras a partir de ella