Si el otro día os contábamos los mejores de trucos del chef Jordi Cruz para hacer unas patatas bravas de ‘diez’, hoy queremos centrarnos en los tips de cocina que nos ofrece otro gran maestro de los fogones, Dani García, en este caso para cocinar el mejor pollo frito imaginable. Y es que García (quien, en 2018, sacudiera el mundo 'gastro' renunciando a sus tres estrellas Michelin) pertenece también a ese grupo de chefs que durante estas semanas de confinamiento nos están enseñando a cocinar a través de sus redes sociales un buen puñado de recetas deliciosas.
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“Hoy toca hacer pollo frito en casa y os voy a dar unos cuantos trucos para prepararlo”, arranca Dani en uno de sus últimos vídeos subidos a Instagram. ¿Y cuáles son esos tips a los que se refiere el popular chef? En su cuenta podéis ver el vídeo íntegro, pero aquí os mostramos, resumidas, algunas de esas claves infalibles para conseguir un pollo “imposible más crujiente e imposible más jugoso”, según sus propias palabras. Desde luego, ¡el resultado final no puede tener mejor pinta!
- Una de las claves más importantes consiste en macerar el pollo (muslos y contramuslos troceados) en buttermilk, o lo que es lo mismo suero de leche. Es países como Estados Unidos es un producto sencillo de encontrar en el mercado. Sin embargo, en España es algo más complicado, de manera que García nos enseña a obtener el suero de la leche, de forma casera. “Para conseguir este suero añadiremos 10 gramos de zumo de limón en un litro de leche entera. En una olla, sin que llegue a hervir, veremos cómo se empieza a cortar, y a separar el suero de la grasa”, explica.
- Después de 30 minutos, Dani cuela bien en un bol todo el suero con la ayuda de un colador y un trapo (la grasa la aprovechará también para hacer un queso con el que acompañar el pollo; ¡magnífica muestra de cocina de aprovechamiento!). Será en ese suero, sazonado con un poquito de sal, donde introducirá el pollo troceado por un tiempo mínimo de 12 horas (“si son 24 horas, mejor”, apunta).
- Una vez pasado ese tiempo, toca pasar el pollo por las harinas. Y decimos ‘harinas’, en plural, porque Dani hace una mezcla de 400 gramos de harina de fuerza con 200 gramos de harina de maíz que, además, adereza con pimienta y un poco de ajo en polvo.
- Tras pasar el pollo (macerado previamente en el suero) por esa mezcla de harinas lo tamiza, con el fin eliminar el exceso de producto y a continuación… otro paso clave: introducir los trozos de pollo en agua con hielo. “¡Esto hay que hacerlo sin miedo! ¿Qué busco con ello? Compactarlo y que se genere una pequeña capa externa”, asegura.
- Tras el ‘baño helado’, García vuelve a introducir el pollo una vez más en la mezcla de harinas y, de ahí, esta vez ya sin necesidad de tamizar… ¡a la sartén!
- Para la fritura, el cocinero opta por aceite de Girasol, que calentará a una temperatura de 185º/190º. “Prácticamente que humee”, explica. Una vez comienza la fritura, el pollo enseguida empieza a adoptar ese aspecto supercrujiente, muy al estilo del pollo frito americano. “Esto tiene una pinta brutal, una auténtica maravilla”, comenta entusiasmado.
- Finalmente, a la hora de presentarlo, Dani opta por disponer el pollo en una fuente (no sin antes haberlo pasado primero por papel absorbente para evitar el exceso de grasa), colocando en el centro el queso elaborado con la grasa sobrante de la leche. ¡Rico, económico y perfecto para disfrutar en familia!