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Momento histórico de MasterChef e incluso de la televisión en España. Saray sorprendió al jurado del concurso presentando una perdiz sin cocinar, ni siquiera sin desplumar, sobre un fondo de salsa y unos tomatitos cherry acompañándolo. Una osadía y falta de respeto que le valió la expulsión directa, sin consensuar, en el cuarto capítulo de la octava temporada del talent culinario. Ahora, la expulsada rompe su silencio en una entrevista para RTVE, donde repasa sin ningún tipo de arrepentimiento cómo vivió ese momento. "Si te digo la verdad, sí. Lo volvería a hacer. No tenía ninguna posibilidad de salvarme", ha declarado, consciente de que en cuanto vio que le había tocado una perdiz, por la que siente pavor, era la elegida para abandonar el programa. Saray se ha mostrado orgullosa de su forma de ser, con ningún interés por cambiar: "No tengo el comportamiento de la infanta Leonor, qué hago, soy así. Soy una persona al natural como el atún. No puedo fingir. Es que yo soy La Saray. Quien me quiera bien, y quien no, carretera y manta".
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Lejos de pedir disculpas por ese último momento en el programa (ya se había disculpado con anterioridad por diversas polémicas), Saray arremete contra el jurado compuesto por Pepe Rodríguez, Samantha Vallejo-Nágera y Jordi Cruz: "Están esperando a que hagas algo malo para pegarte tres palos en la espalda y terminarte de hundir". A lo largo de los cuatro capítulos en los que ha participado, mantuvo fuertes discusiones con la toma de decisiones. "A mí me gusta que si me tienen que decir las cosas, me las digan con una sonrisa en la cara y que me lo digan con un poco de cariño", insiste la trabajadora social.
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Curiosamente, para el que mejores palabras ha tenido es de Jordi Cruz, quien más duro fue en su crítica. "Aunque es muy perrillo y muy malo, en el fondo sé que me tiene cariño", decía con una sonrisa en su rostro Saray. "Ni se te ocurra abrir la boca porque no tienes nada que decir porque nos hemos equivocado terriblemente contigo y me sabe mal y es la vez que más nos hemos equivocado a la hora de dejar entrar a alguien por esa puerta en ocho años", llegó a asegurar el chef de Manresa cuando vio el plato que la concursante había presentado.
Saray está más que dispuesta a una posible repesca en MasterChef 8. "Como me cojan le va a dar un dolorcillo a más de uno. Me encantaría entrar solo por ver sus caras", unas palabras claramente dirigidas a sus enemigos dentro del concurso, Teresa o Andy. La gran mayoría de concursantes cerraron filas cuando vieron a su compañera faltar el resto al programa con ese plato. Pero el rostro de la joven podría verse todavía y mucho en la pequeña pantalla: "Veo una cámara y me vuelvo loca. Me encantaría hacer un reality o un programa de televisión". Una clara declaración de intenciones para su futuro.