Es un básico de nuestra cesta de la compra y, en los últimos tiempos, su elaboración artesanal se ha puesto más de moda que nunca. De hecho, son muchas las personas que en estos días de confinamiento se han animado a preparar en casa su propio pan, ahora que disponemos de más tiempo. Un alimento con numerosas propiedades beneficiosas (especialmente si es integral; recuerda que, en la medida de lo posible, es recomendable optar por las versiones integrales de los cereales, más saludables que las harinas refinadas).
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Y, dado que el pan es uno de los pilares de la dieta de muchas familias, hoy queremos daros algunos ‘tips’ prácticos, tanto para su conservación como su congelación. ¡Toma nota!
CONGELAR Y DESCONGELAR CORRECTAMENTE
- No lo metas ‘desnudo’ en el congelador. Lo ideal es envolverlo en papel de aluminio o de plástico.
- Pon una etiqueta o trozo de papel encima con la clase de pan que está en el paquete y la fecha en que lo congelaste.
- El tiempo de conservación congelado en condiciones óptimas es más o menos el siguiente: pan de molde, un mes; barras, panecillos, pan payés, etcétera, quince días.
- Para descongelar el pan, déjalo a temperatura ambiente. Si tienes mucha prisa puedes hacerlo de forma rápida en el microondas, pero no quedará igual.
- Hay que tener en cuenta que una vez que se descongela hay que comerlo en seguida, porque se rancia rápidamente.
- El pan de molde puede tostarse cuando aún está congelado.
SOBRE SU CONSERVACIÓN
- Guarda el pan a la temperatura normal de la cocina en un lugar limpio, seco y bien ventilado. Lo ideal es una panera o una alacena.
- El lugar donde se guarde deberá estar siempre limpio. Para ello puedes utilizar agua caliente con un poco de jabón todas las semanas. Para evitar el crecimiento de moho, añade al agua de aclarar una cucharada sopera de vinagre.
- El pan que viene envuelto o en bolsas de plástico (por ejemplo, algunos panes de molde o panecillos) conviene guardarlo en su propia bolsa, aunque no demasiado tiempo, dado que el aire no circula bien en ella. Se puede meter en la nevera teniendo en cuenta que dos días de nevera equivalen a cuatro en la panera.
- Si el pan es del día anterior y quieres devolverle la frescura, puedes rociarlo con unas gotitas de agua y luego envolver en papel de aluminio y meter al horno muy caliente unos diez minutos. Se saca y cuando se ha enfriado estará listo para comer, pero recuerda que esta frescura durará poco tiempo y que conviene consumirlo cuanto antes.
Además de como acompañante para las comidas, otra ventaja del pan es que puede ser ingrediente protagonista de infinidad de recetas, desde los clásicos bocadillos o tostas, hasta postres tan tradicionales como las ricas torrijas, reconfortantes sopas, etc. Aquí debajo os proponemos algunos ejemplos (para acceder al modo de elaboración solo tienes que pulsar sobre las imágenes).
Paso a paso: Tosta de caballa y aguacate
El pan que hemos elegido para esta apetecible tosta es integral de centeno. Sobre él, aguacate (nos aporta grasas saludables) y caballa (buena fuente de proteínas de calidad y ácidos grasos Omega3).
Paso a paso: Sopa castellana
La sopa castellana, que lleva pan, ajo y huevo, es un clásico del recetario tradicional. Aunque lleva el adjetivo de 'castellana', prácticamente se hace en cada rincón de nuestra geografía. Es muy sencilla de hacer y muy económica.
Paso a paso: Torrijas tradicionales
No hay Semana Santa sin torrijas. Y, aunque cada vez es más frecuente añadirles algún ingrediente diferente para darles una vuelta de tuerca, nos siguen encantando las torrijas tradicionales. ¡Aquí tienes la receta de toda la vida!.
Paso a paso: Capricho de tomates secos, chorizo y 'mozzarella'
Hemos llamado 'Capricho' a un bocadillo muy gourmet que lleva como ingredientes tomates secos, chorizo, ajo y 'mozzarella'. Podéis emplear el pan que más os guste, nosotros hemos elegido uno de flauta con trocitos de queso... pero el 'mundo bocatas' se presta a variar tanto en la elección de los ingredientes para el relleno como del pan que lo 'envuelve'.