Ponerle el calificativo de dorado a unas semillas ya nos predispone a pensar que nos vamos a encontrar el santo grial de los alimentos y, además, nos pica la curiosidad. Y más cuando empiezan a llenarse los estantes de los supermercados con bolsas a su nombre. Pero, en realidad, este producto lleva con nosotros más de siete mil años, cuando se cultivaba en los países de Egipto y China, además de como planta textil, también como planta para el consumo humano. Al menos, sus semillas.
Las hay de dos tipos, las más tostadas, que son quizás las más conocidas, y estas que ahora reclaman un protagonismo compartido. En realidad, sus propiedades son casi idénticas y solo las diferencia en que las segundas son algo más dulces. Consideradas siempre como el remedio casero de nuestras abuelas para mejorar el tránsito intestinal, su alto contenido en Omega-3, fósforo, magnesio y vitaminas del grupo B y E, no hacen más que sumarle beneficios. Con ellas queremos empezar bien el día. Por eso, convéncete con sus propiedades, aprende a incluirlas en tu dieta y anota estos desayunos.
Propiedades de las semillas de lino dorado
Las semillas de lino dorado, al igual que otras muchas semillas, tienen grandes beneficios para nuestra salud, por lo que se les ha llegado a etiquetar con la palabra superalimento.
- Mejoran nuestra digestión y salud intestinal en general.
- Regula los niveles de azúcar en sangre y de colesterol.
- Combate el estrés oxidativo.
- Es antiinflamatorio.
- Por su cantidad en fibra soluble y no soluble, son muy saciantes.
¿Cómo puedo incluirl las semillas de lino en mi dieta?
Las semillas de lino, da igual el tipo que sean, tienen una cáscara demasiado dura como para comerlas en crudo. Además, si lo haces, no estarás explotando todas sus propiedades. Por eso, lo mejor es utilizarlas en la cocina, o bien hidratándolas durante unas horas en agua o cualquier otra bebida y permitiendo que desprenda todo su aceite, o bien machacándolas con un mortero o molinillo de café. Si escoges esta última opción, ten en cuenta que deberás utilizar uno distinto al del propio café, para evitar que adquiera su sabor. Una vez molidas (quedan como una especie de harina gruesa), puedes conservarlas en el congelador entre quince y veinte días, pues su congelación apenas existe al tener muy poco porcentaje de agua en su composición.
En el supermercado, puedes encontrarlas enteras, pero también molidas y en aceite. A la hora de añadirlas en nuestros platos, teniendo en cuenta su formato, su versatilidad es enorme: desde espolvorearlas en cremas de verduras y salsas, hasta integrarlas en batidos y yogures, en aceite sobre tu ensalada o molidas como parte de la masa de un pan casero, magdalena o galleta.
Cuatro recetas con semillas de lino dorado
Esta receta de tortitas de plátano utiliza muchas semillas para adquirir su textura y prescinde de la harina para conseguir mayores beneficios para nuestra salud, gracias a su contenido en vitaminas y otros minerales.
Paso a paso: tortitas de plátano y semillas con salsa de yogur
Los batidos de fruta y leche están volviendo a ganarle terreno a los zumos naturales, por ser más nutritivos y saciantes que estos. Prueba con este de frutos rojos. Te gustará tanto que empezarás a experimentar con otras frutas.
Paso a paso: smoothie de frambuesas con avena y semillas de lino
Una opción para todo el mundo, tanto veganos como no veganos, con unas tortitas que bien pueden tener sabor a arándanos o prescindir de ellos y utilizarlos al final como topping.
Paso a paso: tortitas veganas de arándanos y yogur de soja
Los smoothie bowls, siguiendo el camino de los batidos de frutas, se han convertido en la base perfecta para un desayuno nutritivo en el que tú eliges la cantidad de toppings que quieres ponerle. Todo dependerá del hambre que tengas.