Hace ya tiempo que las marcas de moda se dieron cuenta que la gastronomía es tendencia y, algunas firmas que siempre han sido unas visionarias, como Armani, empezaron abrir algún que otro restaurante o café (siempre de diseño) en detrimento de (otra) boutique en la que hacerte con alguna de las salidas de sus últimas pasarelas. Apostaron por sentarte a la mesa y servirte platos también de diseño. Entre ellos, Jacquemus en París, del que te contábamos hace apenas un año cómo abría su primer café, o Dior, que decidió sorprendernos con una exclusiva sala de té y champagne en Saint-Tropez, además de los diferentes espacios que Chanel ha estrenado en el continente asiático. El último en sumarse ha sido Louis Vuitton.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Situado en el último piso del increíble edificio de cuatro plantas que el arquitecto Jun Aoki creó en Osaka (Japón), la firma de moda francesa ha querido crear dos espacios gastronómicos para dar un paso más en su camino dentro del mundo del lujo. Porque, por fin, el lujo se entiende como experiencia. Y una experiencia abarca también el buen comer. Aoki, junto a Peter Marino, han diseñado un espectacular exterior e interior para Le Café V y el restaurante Sugalabo V, bajo la batuta del chef japonés Yosuke Suga.
Mientras Le Café V ofrece un mundo de sensaciones a través de la coctelería, Sugalabo V -al que se accede a través de una puerta clandestina- se ha concebido como un espacio exclusivo para que un grupo reducido de comensales puedan disfrutar de una cena ideada por este joven asiático (solo estará abierto por las noches). Y es que Yosuke Suga ha sido calificado por la crítica gastronómica como ‘atípico’ y, desde la cocina abierta de su restaurante en Tokio del mismo nombre, busca los productos locales y de temporada para crear un menú cambiante que ha conseguido una lista de espera en la que intentar encontrar hueco con mínimo seis meses de antelación.
Yosuke Suga, que con dieciocho años viajó a Lyon para estudiar hostelería y que, tres años después, se puso a las órdenes del mítico Joël Robuchon, en una colaboración que duró diecisiete, plantea aquí también un menú cambiante con la estación, por lo que, depende del momento de tu visita, podrás encontrarte con uno u otro plato.
Así, tanto el restaurante como el café se convierten en visitas obligadas para todos esos foodies que, además, se definen como amantes de la moda. Que somos muchos. Disfrutar de lo último en la cocina asiática, en un espacio diseñado hasta el último detalle (su vajilla, por ejemplo, ha sido creada por el diseñador japonés Tokujin Yoshioka, autor de uno de los Objetos Nómadas de Louis Vuitton), y en el que darle un bocado a la gastronomía más vanguardista. Insistimos, experiencias.