Una preciosa mesa para veintidos comensales en el reservado del exclusivo Hotel Único dónde ni más ni menos que el gran Chef Ramón Freixa dejó una vez más patente que es uno de los número uno. Los tulipanes fueron los protagonistas de la decoración y las velas pusieron el punto de calor para que el tono amarillo no resultara demasiado chillón por la noche.
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Es importante a la hora de elegir las flores tener claro la época del año y los colores. En este caso al utilizar un color fuerte hubo que darle el punto de la luz de las velas para lograr un ambiente algo más tenue.
Por otro lado la vajilla negra combinada con blanco y oro también dieron aspecto de noche. Los vasos con tonos amarillos cerraron el círculo del conjunto de color.
Los nombres de cada invitado a la cena dan lugar a que el protocolo se siga y también evitemos situaciones incómodas. El seating es una de las claves a la hora de organizar una cena ya que hay que tener en cuenta las personalidades, cargos y el papel que juega cada uno en la velada.
Ramón Freixa preparó un menú de esos que no se olvidan y que empezó con unos pequeños bocados de piedra mimética de queso Idiazábal y pistachos tiernos, bombón frío de cítricos, anguila y almendras, el atún que quería ser berenjena y champiñones de paris, trufa y erizo de mar.
Como plato principal lenguado en habito negro con vainas verdes y calabacín; suquet de algas y como tradición de la casa, canelón asado de tres carnes con setas y micro verduras.
En una cena donde hay tantos comensales hay que o bien dar la opción a dos tipos de platos o bien servir los dos. Es muy importante tener claro los cubiertos del menú así como las diferentes copas para la selección de vinos y agua y que estos estén correctamente colocados ya que no hay nada más incómodo que no saber por dónde empezar.
Un detalle. Los camareros que sirvieron la cena tenían un tulipán amarillo bordado en los guantes. Pequeños detalles que marcan la diferencia.