A pesar de haber sido, sin duda, uno de los programas más dulces de esta edición (las recetas de repostería contaron anoche con un protagonismo muy destacado), quizá fue el más amargo de todos para Daniel. Una complicadísima prueba de eliminación, en la que los aspirantes debían replicar un postre de alta pastelería, dejó fuera del programa al bombero madrileño a solo una semana de la gran final.
Las cosas no fueron bien para él desde el inicio. Y es que la primera prueba también estuvo centrada en el mundo dulce, uno de sus grandes caballos de batalla. ¿El reto? Copiar una serie de postres -cada aspirante uno, asignado al azar- creados por grandes maestros reposteros (al frente de la carta ‘golosa’ en restaurantes de la talla de Santceloni, Lasarte, ABaC, Tickets o Sant Pau). Todos ellos acudieron a plató para guiar a los concursantes en las elaboraciones, a solo unos metros de distancia.
Pero esas indicaciones no fueron suficientes para Daniel, cuyos ‘Dim Sum dulces' (postre que le tocó preparar) quedaron muy “insulsos”, en palabras de Jordi Cruz. Tampoco parece que le ayudaron los consejos de Miri, finalista de MasterChef 5. La influencer aprovechó también su visita al plató para confesar la buena salud de la que goza su mediática relación con Jorge Brazález, quien fuera ganador de esa quinta edición del talent). “Tuve la suerte de que MasterChef me brindará el amor verdadero”, aseguraba.
Volviendo a la prueba… mucho mejor que a Daniel se le dieron las cosas a Oxana. Su postre, a base de rábano Daikon y maíz, fue todo un éxito. “Cuenta con un equilibrio maravilloso, todo está perfectamente conjuntado, está muy bien resuelto”, le felicitaba Pepe Rodríguez a la rusa, quien no podía contener las lágrimas de emoción. No era para menos… Haber sido nombrada la mejor del reto tenía esta vez como premio un puesto de trabajo durante año en las cocinas del Complejo Catalonia Bávaro, en República Dominicana, además de otra ventaja, ésta sí, más habitual: ejercer de capitana en la prueba de exteriores.
Para su desarrollo el equipo se trasladó al ‘Club Alma’, un distinguido club privado para mujeres ubicado en capital. Allí, los concursantes tuvieron que elaborar, en un único equipo, un menú para 15 grandes profesionales vinculadas de un modo u otro con el mundo de la gastronomía: cocineras, metres, sumilleres, críticas gastronómicas…
Entre los platos a cocinar: delicias como ‘Flores de alcachofa confitadas con brandada de bacalao’; ‘Salmonetes con rabitos de cerdo y mahonesa de encurtido’; ‘Pichón de Bresse con reposado de ensalada líquida de guisante y foie asado’; y de postre, una versión del tradicional bombón Ferrero Rocher.
“Queremos veros trabajar con templanza y serenidad”, les advertía Samantha Vallejo-Nágera. Justo lo que no supo transmitir una nerviosísima Oxana al equipo, con las previsibles consecuencias: platos que tardan en salir, elaboraciones fallidas, miembros del jurado que tienen que arremangarse para salvar situaciones difíciles (si no llega a ser por Jordi, es muy posible que las invitadas se hubieran quedado sin postre…).
A pesar de los problemas, el menú salió adelante. Pero en una semifinal eso no era suficiente, de modo que los jueces (que valoraban a los concursantes de forma individual) salvaron únicamente a Ketty y Toni, felicitándoles por su trabajo. MasterChef tenía ya a sus dos primeros finalistas…
Había dos plazas más y Oxana, Marta y Ketty debían pelear por ellas en la prueba de eliminación. Y una vez más… repostería.
En plató, el prestigioso maestro pastelero francés Frédéric Bau dejaba a todos boquiabiertos con su postre-lienzo, emplatado por él mismo in situ. Lo previsible se confirmaba: había que replicar aquella compleja ‘obra de arte’, compuesta por infinitas elaboraciones diferentes.
Marta y, muy especialmente Oxana, supieron salir airosas de la prueba. Ambas han mostrado a lo largo del programa muchas más dotes para el mundo dulce que Daniel. Y eso terminó pasándole factura al bombero. A pesar de sacar adelante (con más o menos fortuna) las distintas elaboraciones, el emplatado final fue bastante fallido. “Es el emplatado de un Junior, no hay elegacia ni sutileza”, le reprochaba Pepe. Mientras que la parte más criticable para Jordi Cruz, tenía que ver con la actitud del concursante: “Has estado lento, inseguro”, le recriminaba.
Así las cosas, “el aspirante que debe abandonar las cocinas de MasterChef es… Daniel”. Un veredicto que, aunque produjo “mucha pena” al bombero no va a hacer abandone su sueño de intentar dedicarse profesionalmente a los fogones. “Voy a seguir con la cocina a muerte… Siguiendo el ejemplo de Carlos Maldonado –ganador de MasterChef 3-, creo que montar un food truck o algo similar podría ser buena idea”.
No sabemos si en un futuro podremos ver a Daniel sirviendo comida callejera sobre ruedas (¡ojalá así sea!). Lo que sabemos con seguridad es que en menos de una semana ya conoceremos el nombre del nuevo ganador de esta sexta edición de MasterChef. Marta, Oxana, Toni o Ketty. Y tú, ¿por quién apuestas?
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