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Diferentes variedades de calamares

¿Conoces las diferencias entre calamar, pota y sepia?

Todos pertenecen a la misma familia y aunque puedan parecernos similares, son bastante diferentes. Te mostramos cómo distinguir este cefalópodo considerado como uno de los reyes en la cocina. 


1 de agosto de 2024 - 16:05 CEST

Nos gustan rebozados y fritos, a la plancha, guisados, a la brasa, en su tinta, con arroz... los calamares, del grupo de los cefalópodos y considerados como un marisco cefalópodo, al igual que el pulpo, los encontramos en recetas de diferentes países y culturas. En España, a menudo nos surge la duda sobre si el calamar, la pota y la sepia son lo mismo. Quizás sí tenemos más claro en qué se diferencia esta última pero hay más confusión entre los dos primeros y también con los rejos, otro término muy presente en el universo del calamar -también conocido como jibión o chipirón cuando es de tamaño pequeño-.

3 calamares frescos© Adobe Stock
3 calamares frescos

Diferencias entre el calamar y la pota

Es normal que confundamos ambos productos, porque tienen un aspecto similar, largos y estrechos con aletas, además del mismo valor nutricional (bajos en grasas y muy ricos en proteínas, hierro y vitaminas), pero cuando hablamos de calamar y pota... ¿realmente sabemos diferenciarlos? A primera vista, pueden parecer similares, pero cada uno posee particularidades que los hacen únicos tanto en el océano como en la cocina.

 El calamar

La longitud media de un calamar es de 15 a 25 centímetros, pero puede llegar a medir hasta 30-40 centímetros (los chipirones suelen tener 10 centímetros o menos y los hay también un poco más grandes). En su interior, alberga una fina lámina en forma de pluma y de textura dura, que no se come y también se caracteriza por tener una bolsa de tinta que utiliza para defenderse en situaciones de peligro.

En fresco, su color puede variar pero tiende tener cierta transparencia, la cabeza es alargada y de ella salen 8 brazos y 2 tentáculos largos. Sus aletas ocupan 2/3 de su cuerpo, terminan en punta y tienen forma de rombo si las colocas juntas. Su sabor es delicado y su textura suave pero firme. Los calamares se cocinan a la plancha, rebozados y fritos, en su tinta, a la brasa y rellenos principalmente.

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Varias potas frescas© Adobe Stock
Varias potas frescas

La pota

También conocida como potón del Pacífico, la pota es la prima del calamar. Es más opaca y tiene un color más rosáceo o violáceo en fresco. Sus aletas juntas, más pequeñas y redondeadas, poseen una forma de corazón y ocupan menor porcentaje del cuerpo que el calamar. Tiene 10 brazos pero no los 2 tentáculos del calamar.

La mayor diferencia entre calamar y pota es la textura y el sabor. En el caso de la segunda, la primera es algo más dura y el sabor es más intenso (y más indicado para hacer arroces y guisos), y su precio es inferior -¡cuidado, que a veces nos dan pota por calamar!-.

Cuando se cocinan rebozados y fritos en anillas o en tiras -las tradicionales rabas conocidas en Cantabria-, no es fácil distinguir entre entre calamar y pota. Y luego están los rejos, que son las patas tanto del calamar como de la pota y los encontramos a menudo fritos y rebozados.

Sepia en fresco© Adobe Stock
Sepia en fresco

La sepia

Jibia, jibión y choco son otros nombres con los que se conoce a la sepia. Es de color blanco y brillante en fresco cuando está limpia -si no es más entre marronácea y gris- y su textura es firme y suave, pero más gruesa que el calamar y la pota. De cuerpo ovalado y recorrido por una aleta, de su cabeza salen 8 brazos y 2 tentáculos.

Su sabor es más suave que el de la pota pero no tan delicado y fino como el del calamar y su preparación culinaria más común es a la plancha, con un poco de ajo y perejil como aderezo, entera o en trozos. Hay que ponerla a fuego fuerte y solo cuando la plancha o la sartén estén ya muy calientes, con un pelín de aceite, porque el peligro de la sepia es que quede muy dura o chiclosa. Suele soltar bastante agua y si no tiene mucho calor, se cuece. No la dejes más de 5 minutos en el fuego.

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Los rejos

Seguramente los hayas visto en la pescadería o en la carta de algún bar o restaurante. Los rejos son los tentáculos del calamar, aunque también pueden provenir de otros cefalópodos como la pota. Son especialmente valorados por su textura y capacidad para absorber sabores. Los rejos se caracterizan por ser más finos y delicados, y se cocinan rápidamente. Son ideales para frituras, salteados y parrillas, donde su sabor suave y su consistencia ligeramente crujiente se destacan. En muchas culturas, los rejos se consideran un manjar, apreciados por su versatilidad y la facilidad con la que se integran en una amplia variedad de platos.

Aunque el calamar, la pota y la sepia son todos moluscos cefalópodos, sus diferencias en tamaño, textura y sabor los hacen únicos. El calamar es ideal para frituras y platos ligeros debido a su suavidad. La pota, con su sabor más fuerte y carne firme, se presta para preparaciones más sustanciosas. La sepia, con su tinta y textura única, aporta un sabor profundo y complejo, perfecto para recetas tradicionales y sofisticadas.

Esperamos haber arrojado un poco de luz para que conozcas bien cuáles son las diferencias entre estos productos: calamar, pota y sepia. Ahora, ¡solo tienes que elegir bien y cocinarlos de la forma que más te guste!