Después de doce emocionantes episodios, el jurado de MasterChef ha elegido al ganador de su séptima edición. Aleix, Aitana, Valentín y Teresa se preparaban para una de las noches más importantes de su vida, en la que, como suele ser habitual en cada gran final del talent culinario, los nervios estuvieron muy presentes durante los cocinados. Para la primera prueba, los finalistas se enfrentaron a complicado reto en el que tuvieron que replicar un plato preparado por el chef con tres estrellas Michelin, David Muñoz: Salmonete asado con galanga, dumplings de huitlacoche y beurre blanc de tamarindo. Un reto con una presión extra, el ganador se convertiría directamente en el primer duelista de la noche. "Me parece increíble que lo hayas hecho tan bien cuando es la primera vez que lo haces", decía el chef de DiverXo a Teresa tras probar su plato.
Tras el cocinado, los aspirantes se desplazaron de nuevo la Comunidad Valenciana, tras la polémica vivida en la semifinal en la que se preparó un menú catalán para falleros de Valencia. En esta ocasión, el equipo cocinó en Denia, donde prepararon un menú del también tres estrellas Michelin, Quique Dacosta. Los tres concursantes, pertenecientes al equipo de Jordi Cruz recibieron múltiples elogios y halagos por parte del cocinero de ABaC: "No imagináis lo orgulloso que me siento de ser vuestro mentor. Me encanta ver lo buenos amigos que habéis llegado a ser y lo mucho que os habéis cuidado entre vosotros. Tenéis todo mi respeto y toda mi admiración". Pero los nervios traicionaron a Aitana, que no llegaba a tiempo para entregar sus platos y tuvo que ser ayudada por Dacosta durante el cocinado. Un fallo por el que la vizcaína quedó descartada de la final. Tras esto, el nombre del segundo duelista se encontraba entre Aleix y Valentín. "Los dos habéis jugado con mi sistema nervioso. Me estoy acordando de mi madre, que siempre ha apostado muchísimo por mí", decía Cruz recordando sus inicios antes de enviar a Aleix al duelo con Teresa.
Para la ocasión, Teresa y Aleix quisieron rendir homenajes a sus tierras. La gallega preparó un tartar de bogavante, oreja y merluza de chicharrones y una crema fría de licor de café, chocolate y crema de orujo. Pan tumaca con ajo negro y sardina ahumada, un plato de pescado con salsa de rodaballo y rocas con helado de violeta y crema catalana. Tras probar los platos, el jurado se marchó a deliberar y decidió otorgar el título de campeón a Aleix, que además ganó 100.000 euros, la publicación de su propio libro de recetas y un máster en Cocina, Técnica y Producto impartido por el Basque Culinary Center. "Es el mejor día de mi vida, ahora empieza un camino nuevo. A mí MasterChef me ha cambiado la vida. Tienes que seguir y cumplir tus sueños, o por lo menos pelear", decía el séptimo MasterChef de España tras hacerse con la victoria.