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Las cocinas de Masterchef 7 han vivido uno de los momentos más tensos del concurso. En el ecuador del 'talent' culinario, los jueces decidieron tomar drásticas decisiones ante los malos resultados. Para la primera prueba, cada aspirante tenía ante su fogón una cesta cargada de alimentos. Samantha Vallejo-Nágera, Jordi Cruz y Pepe Rodríguez, instaron a cada uno a robar hasta un máximo de 12 ingredientes a sus contrincantes. No obstante, la sorpresa llegó cuando los chefs revelaron que debían cocinar con los ingredientes que acababan de hurtar a sus compañeros. Un reto que Aitana y Marcos no supieron resolver y que les envió directamente a la prueba de eliminación.
En exteriores, el equipo se desplazó a Pedraza junto al catering de Samantha, quien tiene una especial vinculación con este pequeño pueblo de Segovia. Allí, los equipos, capitaneados precisamente por los dos concursantes que lucían ya su delantal negro, prepararon dos menús nupciales de degustación para tres conocidas parejas. Para el cocinado, los equipos contaron con la ayuda extra de los expulsados, que se jugaban la repesca y que se encargaron de elaborar algunos de los platos que conformaban los menús. Una caótica prueba en la que los aspirantes no consiguieron elaborar los preparados a tiempo y que provocó el enfado y decepción de los jueces del concurso, que cancelaron los postres e hicieron que Samantha fuese especialmente dura durante las valoraciones.
Todos los cocineros, a excepción de Carmen, expulsada la semana anterior, fueron enviados a la prueba de expulsión, algo completamente insólito en las cocinas del programa. La dependienta extremeña conquistó los paladares de los chefs al preparar unas albóndigas con tomate y patatas paja y así, consiguió el único delantal blanco de este episodio.
Para la prueba de eliminación, cada concursante se encargó de elaborar la cesta de la compra a uno de sus compañeros después de haber escuchado las críticas que les habían hecho durante el concurso; algo que hizo que la benevolencia brillara por su ausencia en algunos casos. Falta de evolución y poco nivel por parte de una amplia mayoría son algunos de los calificativos que obtuvieron los aspirantes durante el último cocinado de la noche. Después de deliberar, los chefs determinaron que tanto Marcos como Olga debían colgar sus delantales y abandonar las cocinas de MasterChef 7. "Vuestros platos están muy lejos de la exigencia del programa 7", alertaba Pepe a los concursantes. Se trata de la primera doble expulsión que se produce en una edición anónima del talent culinario, aunque no en la historia de MasterChef. Durante la última entrega de MasterChef Celebrity, Antonia Dell'Atte, que precisamente visitaba las cocinas durante este séptimo episodio, era expulsada a mitad de concurso junto al jugador de rugby Jaime Nava.
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