El bizcocho de plátano y nueces, además de estar riquísimo, es una receta muy nutritiva. Al ácido fólico del plátano se unen los antioxidantes y el Omega 3 de las nueces. Elementos que, precisamente, resultan imprescindibles dentro del desarrollo de cualquier dieta equilibrada. Además, al tiempo que aprecias su exquisito sabor, también podrás comer un postre muy sano.
Ingredientes
- 3 huevos
- 150 gramos de mantequilla
- 175 gramos de harina de repostería
- Medio sobre de levadura
- 2 plátanos maduros
- 100 gramos de nueces
- Azúcar glas
Preparación del bizcocho de plátano y nueces
-En primer lugar, precalienta el horno a 180 grados centígrados y prepara el molde para el horno untándolo con mantequilla y espolvoreando harina sobre su superficie.
-Luego, aplasta bien los plátanos con un tenedor y resérvalos para utilizarlos posteriormente.
-Echa en un bol los huevos y el azúcar y bate todo bien hasta que esté todo mezclado y con una consistencia homogénea.
-Continúa con la mantequilla ya blanda y sigue batiendo. Al mismo tiempo, vierte la harina con la levadura, sin parar de remover, y agrega los plátanos mezclando todo de nuevo.
-Pica las nueces en trocitos, reservando unas cuantas para adornar al final de la receta. La cantidad sobrante se añade a la mesa que se está trabajando y se continúa mezclando.
-Finalmente, vuelca la masa en el molde preparado con anterioridad y adorna el resultado con las nueces que has mantenido apartadas.
-Introduce el molde en el horno y hornea el bizcocho durante 45- 50 minutos, pinchándolo con un palillo para comprobar si está ya listo o no.
-Por último, tras sacarlo del horno, deja que se enfríe y espolvorea azúcar glas sobre su parte superior.
-Si en alguna situación no dispones de nueces en tu cocina, también puedes acompañar el bizcocho con cualquier otro fruto seco o con pepitas de chocolate. Un ingrediente, este último, que también combina muy bien con el plátano.
-Además, esta receta, el bizcocho se deja enfriar, aunque también puede servirse caliente, templado o ligeramente tostado, así como con mantequilla derretida o un sutil hilo de miel. En otras ocasiones, también lo puedes servir espolvoreando canela por encima o añadiendo una cucharadita de canela a la masa.