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Hablemos de las casi milagrosas semillas de chía. Procedentes de Centroamérica, en Europa su consumo ha aumentado considerablemente en los últimos años debido a la cantidad de ventajas que supone tomarlas diariamente. Y es que contienen una gran proporción de vitaminas, calcio, fibra y minerales que ayudan a nuestro organismo de múltiples formas: para adelgazar, para controlar el colesterol (son una fuente estupenda de Omega 3), para hidratarnos…
La mejor forma de consumirla en verano es incluirla a bebidas resfrescantes. A continuación, enumeramos varias posibilidades para mantenerte hidratada y sana este verano. Si te gustan las bebidas burbujeantes, en vez de utilizar agua normal, utiliza al menos una parte de agua con gas y así obtendrás deliciosos refrescos.
La opción más sencilla y refrescante
Vierte agua sobre las semillas y, posteriormente, incorpora el zumo de algún cítrico, como el limón o la lima. Asegúrate de tener mucho hielo y tendrás una bebida sencilla, sana y muy refrescante para los días calurosos del verano. Incorpora algún tipo de edulcorante (la opción más saludable) o, si lo prefieres, unas cucharadas de miel. El resultado es una bebida energizante que te da fuerzas para todo el día.
Puedes prepararla con zumos en vez de agua. En este caso, remoja primero las semillas para que se hinchen y, posteriormente, añádelas a un zumo que hayas preparado de cualquier fruta fresca. Para asegurarte de tomártelo frío, reserva la mezcla durante un rato en la nevera.
Refrescos para el verano, siempre con chía
- Agua de sandía y de chía. Fácil, rica y sana. Sólo necesitas sandía, agua, las semillas de chía y edulcorante (si lo prefieres, azúcar). Corta la sandía en trozos medianos y tritúralos a medida que se va añadiendo el agua y el edulcorante al gusto. Una vez la mezcla esté lista, añade la chía.
- Agua de pepino con chía. Una opción perfecta para las que quieran adelgazar, además de refrescarse. Remoja primero la chía y, posteriormente, licúala junto con la cantidad deseada de pepino. Una vez que esté listo, cuélalo todo y no te olvides de los hielos.
- Limonada de frambuesas y chía. En una licuadora, pon el agua, las frambuesas y el zumo de limón. Cuando esté líquido, añade las semillas de chía y, si quieres, endulza la mezcla con un poco de edulcorante o azúcar.
- Agua de menta y chía. Elabora primero un té de menta natural o con sobrecitos. Deja enfriar la infusión en la nevera y, cuando alcance la temperatura que deseas, añade las semillas y edulcorante al gusto.
Como puedes observar, las recetas siguen un patrón que consiste en licuar las frutas y otros ingredientes que quieras incorporar a tu bebida (por ejemplo, leche), así que realmente es mucho más interesante experimentar con nuestras frutas y verduras preferidas. Eso sí, ¡que no falte el hielo!
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