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La tarta de queso es uno de los postres más extendidos por todo el mundo. Su receta básica es sencilla, a base de harina, huevos, nata o queso tipo Philadelphia. A partir de ahí, se pueden añadir ingredientes a base de frutas naturales o confituras que añaden interesantes y originales matices de sabor. De color blanco y textura blandita, este pastel incorpora un punto ácido gracias a sus frutos rojos que, combinados con la base láctea, lo convierten en el bocado perfecto.
Si cocinas en horno de gas, más rápido y caliente que el resto, tienes que tener cuidado con el control de la temperatura porque sus quemadores no funcionan todos por igual. Para mantener el calor de una forma constante puedes colocar baldosas para el hogar o piedras especiales que se venden en cualquier ferretería. Al encender el horno, la arcilla se precalienta y libera el calor de forma uniforme. De esta manera te aseguras la cocción por igual y que no se queme el delicioso pastel. Si recurres a ellas no olvides dejar espacio a los lados para que el aire circule y cubrirlas en la superficie de contacto con la comida.
La humedad es, junto con la temperatura, otra de las peculiaridades que nos encontramos a la hora de cocinar en horno de gas. Para solucionar cualquier problema con ella recurriremos al ventilador, dispositivo que permite ajustar el grado de humedad óptima para el horneado. Teniendo en cuenta estas dos cositas encendemos el horno y lo precalentamos a 170 grados. Es hora de que comencemos a preparar nuestra receta de tarta de queso al horno de gas.
Ingredientes de la tarta de queso:
- 250 gr de queso mascarpone o queso tipo Philadelphia
- 1 vaso de leche
- 2 yogures naturales griegos con o sin azúcar (también yogur natural normal)
- 1 vaso de nata líquida
- 1 cucharada de harina
- 4 huevos
- 200 gr de azúcar
- azúcar glas
- 1 cucharada de vainilla líquida
- 1/2 kg de fresas
Preparación
Primero, batir los huevos con el azúcar. Y a continuación, mezclar y batir con los demás ingredientes, incorporándolos poco a poco hasta conseguir una mezcla espesa y homogénea. Verter en el molde, previamente recubierto de mantequilla e introducir en el horno unos 50 minutos a 170 grados. Sacarla del horno y dejarla enfriar.
Una vez fuera, se desmolda y se espolvorea con azúcar glas. Después, se decora con las fresas o confituras rosadas como las de frambuesa, arándano o mora. También se pueden añadir frutos cítricos como el kiwi o el limón para dar un toque de color y sabor distintos a la tradicional receta con frutos rojos. Servir fresquito.
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