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Tras su inolvidable velada, Elizabeth Hurley y el jugador de críquet australiano, Shane Warne, siguieron disfrutando del campeonato acompañados por el hijo de la actriz, Damian, de nueve años
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A la mañana siguiente, Hurley lució orgullosa su anillo de compromiso, con un gran zafiro y diamantes, similar al que el príncipe Guillermo regaló a la duquesa de Cambridge
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La pareja no pudo ocultar lo felices que estaban ya que no dejaron de besarse y abrazarse sin importarles los fotógrafos y las miradas de los demás participantes
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Fueron los propios Liz y Shane los que horas más tarde se encargaron de confirmar la feliz noticia en sus respectivas cuentas de Twitter: "Muchas gracias por todas vuestras felicitaciones. Una foto nuestra a punto de irnos a cenar a Dunhill en St Andrews"
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